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Alimentación gatuna: ¡Cómo me come mi gato!


Alimentación gatuna: ¡Cómo me come mi gato!

Desde siempre se ha considerado que el gato es un animal muy exigente con su alimentación. No come cualquier cosa, dicen, y es reticente a probar alimentos nuevos. Algo de cierto hay en estas afirmaciones pero para explicarlas tenemos que remontarnos a sus orígenes. 

 

Carne y solo carne

 

Los ancestros del gato eran carnívoros estrictos y pasaban buena parte de su tiempo cazando. El gato doméstico está adaptado a este tipo de dieta: sus mandíbulas, su aparato digestivo y su comportamiento son perfectos para cazar. Por eso, su principal fuente de alimento sigue siendo la carne. Hoy en día los fabricantes de alimentos tienen esto muy en cuenta y en sus productos, la fuente principal de proteína es de origen animal, ya sea en forma de carnes o aves (ternera, pollo), como de pescado (salmón, atún). 

 

Al olor de la sardina… 

 

Como dice la canción, Don Gato resucitó al olor de la sardina y, si bien sabemos que eso es bastante improbable, algo de razón no le falta. El olfato del gato es muchísimo más sensible que el de las personas y esto es lo primero que se pone en marcha frente a un alimento. Si el olor le resulta apetecible, un gato puede probar un alimento que puede ser soso. Aquí es donde entra en juego el sentido del gusto. Ambos sentidos se combinan para permitir al gato apreciar en su totalidad el alimento. Por lo que respecta al sabor, los gatos son poco sensibles al dulce y rechazan el ácido y el amargo, pero les agrada el sabor salado.

 

Agua abundante

 

El agua es fundamental para mantener la salud y el bienestar del gato. Necesitan agua fresca y limpia independientemente del tipo de dieta que consuman y hay que renovarla cada día. Es mejor utilizar recipientes de loza, cristal o acero inoxidable ya que los de plástico pueden dar mal sabor al agua y provocar así, su rechazo. 

 

Si bien en las épocas de calor los gatos suelen beber más de lo habitual, es importante que el propietario conozca la cantidad de agua que ingiere cada día, ya que si aumenta o disminuye su consumo, puede ser una señal de que algo no va bien en su organismo.

 

Comer es divertido

 

Si los gatos domésticos vivieran en la naturaleza dedicarían más de seis horas de su tiempo a la caza entre la búsqueda, la detección, la captura y el consumo de la presa. En casa, sólo tienen que acudir al cuenco de la comida y ya lo tienen todo resuelto, por lo que resulta imprescindible proporcionarles estímulos para que no pierdan el interés por el alimento. He aquí algunas ideas: 

 

• Esconder bolitas de comida en pequeñas cajas de cartón con la tapa ligeramente abierta para que tengan que esforzarse un poco en conseguir la comida. 

• Unir dos envases de yogures, hacerles algunos agujeros del tamaño de una moneda e introducir comida seca. Pasar una cuerda por el invento y colgarlo a una distancia a la que llegue el minino. Hay que estimularle para que le dé golpecitos con las patas y así obtenga el preciado manjar. 

 

Estas son sólo algunas ideas. Seguro que si pensamos un poco más encontraremos mil maneras de pasar un tiempo de diversión con nuestro gato al mismo tiempo que mejoramos su calidad de vida.

 

¿Por qué no come mi gato? 

 

• El estrés es un mal compañero de la alimentación. Una mudanza, una hospitalización o la pérdida de un miembro de la familia pueden hacer que el gato pierda el apetito. 

• Los felinos también rechazan los alimentos que carecen de determinadas vitaminas y minerales, como la tiamina, por lo que hay que asegurarse de que la dieta contenga los nutrientes necesarios para satisfacer todas sus necesidades. 

• La edad, el estado de salud y la actividad sexual también afectan a su apetito. Un gato mayor, por ejemplo, tendrá menos capacidad para apreciar el sabor de los alimentos. 

• No vale poner el recipiente con comida en cualquier lugar de la casa. Los gatos son muy sensibles tanto a la luz como al ruido, por lo que hay que procurar que coma en un ambiente tranquilo y relajado.

• Conviene no poner el recipiente de agua cerca del de la comida para que el gato tenga que desplazarse y buscarla, como haría en condiciones naturales. También es importante que cada gato tenga más de un recipiente de agua y que esté siempre perfectamente limpio.