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La sonrisa de un perro

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Maribel

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Afrontò con valentía una situación dramática

Cuatro perros

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Estos son los nuevos perros de Maribel

La de Thor, un labrador de color canela, es una historia que comienza con una gran ilusión: Maribel quería convertirlo en su primer perro terapeuta. Cuando era muy pequeño lo recogieron de un criador y lo llevaron a casa. A partir de entonces fue adiestrado para ayudar a Maribel en su trabajo.

Según ella, Thor era “el perro perfecto con el que uno puede soñar”. Un perro muy querido, no solo por ella, sino también por su hijo Daniel, que encontró en él a su compañero de aventuras ideal, “que duerme contigo y que se acerca a ti cuando mamá te riñe”, explica Maribel. Al pequeño Daniel le encanta el fútbol y compartió con Thor muchos partidos de fútbol, ya sea como portero para atrapar goles o a su lado en una tribuna.
 


El perro perfecto con el que uno puede soñar
El perro perfecto con el que uno puede soñar


Un buen día, la familia entera viajaba en coche para irse de vacaciones y el perro iba en la parte de atrás con Daniel, quien de repente dijo: “Mamá, Thor no se mueve”. Acto seguido detuvieron el vehículo, vieron que no se movía e intentaron reanimarlo practicándole el boca a boca y masajes cardíacos. Pero era demasiado tarde, la vida de Thor se había apagado de forma repentina y trágica, sin que nadie lo esperara.


No resulta difícil imaginarse el paisaje desolador que precedió a ese día. Daniel, que por entonces tenía 7 años, tuvo que enfrentarse a algo tan impactante como la muerte, a algo tan doloroso como la ausencia de su “hermano perruno”, tal y como lo llamaba. El niño no podía entender cómo un perro totalmente sano, con solo dos años, podía morirse de la noche a la mañana. La muerte de Thor también fue un golpe durísimo para Maribel, que de repente se quedó sin su fiel compañero.


Afortunadamente, la familia optó por afrontar con valentía esta situación tan dramática, con el ánimo de aprender algo positivo. Lo primero fue incinerarlo y rendirle un merecido homenaje mientras enterraban las cenizas junto a una carta escrita por Daniel, que finalizaba con la siguiente despedida: “Eras un perro magnífico y sabías hacer muchas cosas. Te tengo que decir adiós. Que descanses. Adiós bestia parda”.
 


La felicidad ha vuelto para quedarse
La felicidad ha vuelto para quedarse


Daniel comprendió entonces el significado de la muerte, el mayor tabú de nuestra sociedad. Aprendió que “al principio se echa mucho de menos, que se llora mucho y que no pasa nada por llorar, que cada día que pasa el dolor se hace menos intenso y que aparecen otros perros, sin que estos nos hagan olvidar que Thor un día formó parte de nuestras vidas”, afirma emocionada Maribel. A ella este hecho le marcó tanto que se decidió a escribir un libro titulado “La Sonrisa de un Perro”, en el que relata esta vivencia tan personal.


En la actualidad, la familia es más fuerte gracias a esta experiencia y una parte de Thor sigue más viva que nunca en el recuerdo de Daniel y sus padres. Además otros cuatro perros, dos de ellos labradores, les recuerdan con sus mimos que, aunque Thor era único, la felicidad ha vuelto para quedarse.


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