María Victoria Bonnin es veterinaria especializada en cirugía para perros y gatos y el alma mater del programa de esterilización de gatos callejeros a cargo de la Clínica Veterinaria Betulia. A pesar de que este programa obtuvo el premio "Veterinario Comprometido del año 2012" de la Fundación Affinity, María Victoria cree que recoger perros de la calle, curarlos, esterilizarlos y buscarles un hogar es algo completamente normal.
"Cuando caminas por la calle ves animales abandonados en las peores condiciones que puedas imaginar y cada día hay más, porque se reproducen sin control. Si ves un problema y crees que puedes ayudar, no hay forma de evitarlo", afirma la veterinaria. "¿Qué puedo hacer yo? Sé esterilizar. Pues lo hago, sin más. Te sale de dentro".
El vínculo de María Victoria con los animales comenzó cuando era niña. Su programa de televisión favorito era Zoo, donde salían muchos niños y animales. María Victoria le estuvo insistiendo muchos años a su madre para que le dejase tener una mascota. "Un día mi madre recogió a un gato de la calle, me enseñó a cuidarlo y al final se pasó doce años conmigo", relata. "Cuando estaba a punto de morirse, fue a avisar a mi madre a la cama. La despertó, alargó la pata y ella se dio cuenta".
¿Qué puedo hacer yo? Sé esterilizar. Pues lo hago, sin más. Te sale de dentro
Estas primeras experiencias de solidaridad y relación con los animales marcaron a María Victoria para siempre. A lo largo de su vida ha intentado ayudar a todo animal con problemas que se cruzase por su camino. Hoy, María Victoria tiene un pequeño zoo en casa: diez gatos, tres perros, dos pájaros y varias gallinas, más los cinco gatos con los que convive en la clínica.
"A Pocho lo trajimos de Egipto. Encontramos a este gato en condiciones terribles, pero gracias a un esfuerzo en conjunto con un veterinario italiano y la gente del hotel, pudimos llevarlo a casa", nos cuenta. "También tenemos a La Ciega, una gata sorda y casi ciega que operamos con un amigo oftalmólogo para que al menos pudiese ver luces y sombras".
Encontramos a este gato en condiciones terribles...
Para la veterinaria y su familia convivir con animales es algo natural. “En casa no hay parquet, todos los sillones tienen fundas y no hay adornos en las estanterías. No se puede tener animales y una casa de revista de decoración. En vez de tener abrigos de pieles, yo prefiero tocar pelo con un animal dentro”, dice riéndose.
María Victoria ha sabido transmitir a Denbowe, su hija de diez años, el placer que produce ayudar a los demás. La pequeña nació en Etiopía y fue adoptada por María Victoria y su familia a los cinco años. Durante sus últimas vacaciones en Formentera, una gata iba todos los días a pedir comida a la familia. Denbowe quiso llevársela a casa y la embarcaron en el avión sin dudarlo ni un momento.
Denbowe mece a la más pequeña como si fuera un bebé
"Denbowe ha bautizado y cuida a las últimas dos gatitas que han llegado. Duerme con una a cada lado y mece a la más pequeña como si fuera un bebé", cuenta la madre emocionada. "Denbowe tiene mucha empatía con los que sufren. Por ejemplo, ahora está muy enfadada con los cazadores porque no entiende cómo pueden matar animales".
María Victoria conserva en su memoria mil y una historias de perros y gatos que ha conocido en la calle y en la clínica. Para ella, ser veterinaria implica vocación por ayudar a los animales y cree que ellos son verdaderamente extraordinarios, ya que lo dan todo sin pedir nada a cambio. "La gente no sabe lo que se pierde al no interactuar con animales de compañía", afirma. "Nos aportan más de lo que nosotros les damos".
