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Vínculo

Paula y el amor incondicional por su familia canina

Paula y el amor incondicional por su familia canina
Paula

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Etóloga, su vida dio vuelcos vertiginosos

Glop, Alea y Ambar

Glop, Alea y Ambar

La familia canina de Paula

Paula Calvo Soler es etóloga y vive con sus tres perros: Glop, Alea y Ámbar. “En casa somos cuatro, tres que trabajamos y un zángano al que mantenemos.”, bromea. Alea y Ámbar trabajan como perras de terapia con Paula, mientras que el viejo Glop es un golden retriever que nunca pudo participar en las terapias asistidas debido a sus problemas de comportamiento. Pero a Paula le encanta consentirlo.


Cuando llega San Juan, Paula se lleva a Glop a la montaña para alejarlo del ruido de los petardos que tanto miedo le dan y, para que de esta forma pase la noche tranquilo. Lo mismo le pasa con las tormentas, que lo aterrorizan, por lo que cuando llueve mucho, lo acoge entre sus brazos. Y ahora que está envejeciendo, Paula y su familia canina están a punto de mudarse a una planta baja para que Glop no tenga que esforzarse en subir la escalera. Aunque parezca que Glop es el consentido de la casa, Paula le debe a su perro mucho más de lo que ella podría devolverle en toda una vida.


Gracias a Glop, mi vida dio un giro de ciento ochenta grados
Gracias a Glop, mi vida dio un giro de 180 grados


“Gracias a Glop, mi vida dio un giro de ciento ochenta grados. Yo trabajaba como comercial en la industria farmacéutica pero no era feliz. Era una vida muy superficial, basada en el dinero y en los resultados comerciales.”, relata Paula. A partir de los problemas que tenía Glop, ella se interesó en la educación canina, metiéndose de lleno en el mundo de los perros y dejándolo todo atrás.


“Lo que más me interesaba era averiguar cómo el vínculo de un animal con una persona puede llegar a ayudar tanto.”, explica. Paula lo pudo comprobar por sí misma. En cada uno de los vertiginosos vuelcos que dio su vida, entre ellos tres separaciones e innumerables cambios de casa y de ciudad, sus perros siempre la apoyaron y llenaron de sentido su vida.


“He dado muchas vueltas, pero mis perros siguen ahí y siempre seguirán”, afirma Paula. “Siempre he buscado parejas a las que les gustaran los perros. Ellos siempre fueron lo primero y lo son ahora cuando aparece alguien en mi vida.”


¿Cómo el vínculo con un animal puede llegar a ayudar tanto?
¿Cómo el vínculo con un animal puede llegar a ayudar tanto?


Para Paula no cabe la menor duda de que sus perros son parte de su familia. Hasta tal punto que tiene la “custodia compartida” de Woody, un perro que tuvo en común con una de sus ex parejas. “Es un ser vivo del que te has hecho responsable por mucho tiempo. No puedes cortar el vínculo así como así por más que lo hayas cortado con la persona.”, explica. Paula visita a Woody regularmente, y llama y recibe llamadas de su ex para ver cómo están los perros de cada uno.


“Para muchos, un perro es una gran carga de responsabilidad, pero para mí no es así”, afirma Paula. “La responsabilidad que tenía al cuidar a mis perros y el cariño incondicional que siempre me mostraron, me dieron fuerza para decidir, en los momentos más difíciles de mi vida; ‘hay que seguir adelante, pasar página y volver a empezar”.


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