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    Factores de pronóstico en la insuficiencia pancreática exocrina: respuesta al tratamiento y supervivencia

    D.J. Batchelor1, A.J. German1, P.-J.M. Noble1, R.H. Taylor1, P.J. Cripps2.Introducci

    D.J. Batchelor1, A.J. German1, P.-J.M. Noble1, R.H. Taylor1, P.J. Cripps2.

    Introducción: La Insuficiencia Pancreática exocrina (IPE) es una enfermedad común, se diagnostica con la TLI y requiere un tratamiento de por vida que incluye la suplementación con enzimas pancreáticos y la posibilidad de añadir antibióticos, antagonistas de los receptores H2 y dietas bajas en grasas. La respuesta al tratamiento varía considerablemente, dificultando la emisión de un pronóstico para cada individuo. El objetivo de este estudio retrospectivo es correlacionar las variables clínicas y terapéuticas con la respuesta a la terapia inicial (RTI) y con la supervivencia a largo plazo en perros tratados para IPE. Se seleccionan los perros con diagnóstico de IPE ( TLI < 2.5 ng/ml) entre 1990 y 2002 y se envía un cuestionario a los veterinarios encargados del cada caso.

    Resultados: Se reciben un total de 178 respuestas. La RTI fue buena en el 60% de perros tratados, parcial en el 17% y pobre en el 23%. Se calculó el ratio de probabilidad de odds de tener una buena RTI. Los perros que recibieron antibiótico o tenían unas altas concentraciones de folatos tuvieron peores respuestas. No se identificaron parámetros que fueran buenos para predecir una buena RTI. EL 19% de perros tratados fueron eutanasiados en un año. El tiempo medio de supervivencia para los perros tratados fue de 1919 días. De los perros que sobrevivieron la diarrea, los vómitos y la esteatorrea se resolvieron en el 88% , 96% y 96% de casos respectivamente. El apetito se normalizó en el 86% de casos y la condición corporal se normalizó en el 74% de casos que sobrevivieron. El uso de suplementos de enzimas pancreáticos sin cubierta entérica no estaba asociado a una buena respuesta o a una mayor supervivencia. No se pudo demostrar algún efecto beneficioso por el hecho de cambiar a una dieta baja en grasas. No se observó una mayor supervivencia usando antibióticos. Los antagonistas H2 se usaron en pocas ocasiones y no se observó un efecto beneficioso. La hipocobalaminemia (< 215 ng/ml) fue común (82% de perros) aunque se suplementaron pocos perros (3%). Aunque la hipocobalaminemia no estaba asociada con una RTI no favorable, una hipocobalaminemia marcada (< 100 ng/ml) estaba asociada a una supervivencia menor. La raza, el género, y la edad en el momento del diagnóstico no tenían un efecto significativo en la supervivencia.

    Importancia clínica: Aunque las muertes durante el primer año fueron comunes, el pronóstico a largo plazo fue favorable para los perros que sobrevivieron el periodo inicial de tratamiento y los síntomas se resolvieron en la mayoría de perros. Se identificaron pocos parámetros capaces de predecir una buena RTI o una mayor supervivencia a largo plazo, y fue difícil predecir la evolución de cada caso individual. Esto enfatiza la necesidad de realizar estudios prospectivos en perros con IPE. Dada la pobre evolución de los perros con IPE y hipocobalaminemia marcada, se debería revisar la suplementación con cobalamina en estos casos