VT_detail.jpg VT_detail.jpg
  • Tiempo de lectura: 3 mins

    Anemia Aplasica

    ETIOLOGÍA:

    El término anemia aplásica (mieloaplasia) agrupa una serie de trastornos caracterizados por la presencia de pancitopenia periférica y supresión generalizada de la médula ósea excluyendo las provocadas por enfermedades mieloproliferativas.

    Frecuentemente está provocada por algunos fármacos (estrógenos, fenilbutazona, quimioterápicos, trimetroprim-sulfadiazina, griseofulvina, fenobarbital, metimazol, albendazol, tiacetarsamida y ñacido meclofenámico) y agentes infecciosos (ehrlichia, parvovirus, FeLV) y muy raramente es idiopática a diferencia de la especie humana.

    En general son reversibles en las fases iniciales o en el caso de la infección por parvovirus e irreversibles en fases crónicas (ehrlichiosis crónica, FeLV) o bien tras múltiples dosis de fármacos durante periodos de tiempo (estrógenos, quimioterapia).

    DIAGNÓSTICO:

    La médula ósea está totalmente hipoplásica y se observa un fallo total en cualquier tipo de producción celular. Hay un reemplazo casi completo de los elementos hematopiéticos por tejido adiposo, aunque se suelen ver algunos linfocitios y un número moderado de células palsmáticas, que no debe desorientar hacia un tumor de células plasmáticas

    PRONÓSTICO:

    Es reservado en casos crónicos especialmente provocados por Ehrlichia y FeLV.

    SÍNTOMAS:

    Signos severos de anemia, infecciones y hemorragias.

    TRATAMIENTO:

    Antibioterapia de amplio espectro para prevenir infecciones bacterianas especialmente si la leucopenia es severa < 200/mcl. En caso de Anemia Aplásica Idiopática hay que realizar una inmunosupresión con corticoesteroides ya que el uso de drogas mielosupresivas como la Azathioprina o Ciclofosfamida aumentan el riesgo de sepsis bacteriana. Pueden ser útiles las transfusiones sanguíneas. El estímulo de la médula ósea mediante sustancias inespecíficas como anabolizantes esteroides es útil en muy pocas ocasiones. Las líneas de tratamiento basadas en el estímulo de la médula ósea con factores hematopoyéticos recombinantes como Eritropoyetina y el G-CSF suelen ser beneficiosos sólo a corto plazo y de forma transitoria y no alteran el curso de la enfermedad. El tratamiento de elección es el transplante de médula ósea pero no es practicable actualmente en la clínica diaria.