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    Espondilomielopatia Cervical

    ETIOLOGÍA: La espondilomielopatía cervical tiene diversos nombres según el autor que la defina: síndrome de Wobbler, síndrome de malformación/malarticulación cervical, inestabilidad vertebral cervical, etc. Es un síndrome compresivo sobre la médula espinal a nivel cervical y que se produce por una mala articulación o una malformación de las vértebras cervicales. El origen se considera desconocido, pero se cree que es multifactorial y que en él se combinan problemas de sobrenutrición, genéticos, crecimiento rápido, trauma, desproporción entre la musculatura del cuello y la cabeza, etc. Es una patología que se da en animales de talla grande y los más afectados son el Gran Danés y el Dobermann, aunque pueden afectarse otras razas. La edad de afección suele ser a partir de los 4 años hasta los 10. Cuando es un Gran Danés el afectado, puede darse la enfermedad de manera mucho más precoz (a los 5-18 meses). Los machos son más propensos que las hembras.

    PRONÓSTICO: El pronóstico suele ser malo a largo plazo. Muchos perros se controlan durante meses con la terapia antiinflamatoria. Los estudios sobre el pronóstico de la enfermedad tras una técnica quirúrgica refieren un 40% de estabilizaciones del proceso (los más optimistas). En general, cuánto más graves sean las lesiones neurológicas, peor es el pronóstico.

    SÍNTOMAS: La sintomatología suele aparecer lentamente, pero a veces, por un pequeño trauma, animales con muy poca sintomatología (que incluso pasaba desapercibida a su propietario) pueden desarrollar una sintomatología aguda. Los signos suelen ser progresivos. Se produce, por regla general, una paresia/parálisis progresiva en los miembros posteriores, pero sobre todo en los anteriores. Los signos neurológicos corresponden a los de una motoneurona superior. Puede haber rigidez de los miembros anteriores. Conforme va evolucionando, el fallo propioceptivo empeora y puede acabar incluso con una incontinencia fecal y urinaria.

    TRATAMIENTO: El tratamiento debe basarse, inicialmente, en el reposo y en la administración de corticoesteroides como la prednisona/olona a dosis antiinflamatorias bajas. También se ha descrito como tratamiento coadyuvante el uso de [L-Tiroxina] a dosis de tratamiento del hipotiroidismo con excelentes resultados. Normalmente con este tratamiento se puede mantener un perro con una buena función neurológica durante meses. En los perros en que con el tratamiento médico no se controla el proceso, debe instaurarse un tratamiento quirúrgico antes de que aparezcan lesiones más graves en la médula espinal. Las técnicas quirúrgicas descritas son la hemilaminectomía con defenestración dorsal y, la más importante, la estabilización vertebral ventral con defenestración. Los abordajes cervicales ventrales son más efectivos y generan menos complicaciones que los dorsales. Los animales con sospecha o confirmación de múltiples lesiones cervicales no son candidatos a la cirugía.