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    Linfosarcoma Canino

    ETIOLOGÍA: Es la neoplasia más frecuente del sistema hemolinfático y no se conoce actualmente la causa exacta. Afecta a perros, principalmente adultos y viejos, con cierta predisposición racial, Boxer, Basset Hound, San Bernardo, Scottish Terrier y Bull Mastiff. La presentación más habitual es la multicéntrica con afectación de los ganglios linfáticos. En segundo lugar de frecuencia está la presentación mediastínica con afectación de los ganglios mediastínicos craneales, y frecuentemente asociada a hipercalcemia maligna. En tercer lugar están las presentaciones extranodales afectando a diversos órganos, oculares, cutáneas, del SNC, orales, renales y cardíacas. La presentación más infrecuente es la gastrointestinal. En cualquiera de las presentaciones puede haber infiltración de la médula ósea.

    PRONÓSTICO: El pronóstico es bueno al conseguir remisiones más o menos duraderas. Los factores de mal pronóstico son la afectación de la médula ósea y diversos órganos y la presencia de hipercalcemia maligna.

    SÍNTOMAS: Hay una gran variedad de síntomas como la depresión, anorexia, adelgazamiento, linfadenopatía y disfagia. También hay distensión abdominal, hepatomegalia, esplenomegalia y efusión abdominal. De manera más infrecuente aparece disnea, tos e intolerancia al ejercicio. Son raros la diarrea crónica, vómitos crónicos, síndrome de maladigestión/absorción, signos de obstrucción intestinal, melena y hematemesis. La aparición de nódulos cutáneos y exoftalmos es muy infrecuente.

    TRATAMIENTO: Hay numerosos protocolos quimioterápicos para la remisión del linfoma canino y los resultados son generalmente buenos. Los más frecuentes actualmente son la administración de [doxorrubicina] como único fármaco y otras quimioterapias de los linfomas/leucemias. La supervivencia sin tratamiento es de 1 a 2 meses, mientras que con quimioterapia se consiguen remisiones duraderas y tiempos de supervivencia de algunos meses, incluso superiores a un año. Actualmente hay incluso protocolos quimioterápicos de rescate especialmente útiles en las recaídas para conseguir segundas remisiones. Los tratamientos con corticoesteroides previos a la quimioterapia están asociados a malas remisiones y peores supervivencias.