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    ¿Cómo valorar una rx cadera en el perro?

    La realización de una radiografía de cadera en el perro puede tener muchos objetivos (estudio de pelvis, columna lumbosacra, estructuras blandas como la próstata en el macho, el recto o el progreso de un cachorro durante el parto), pero el más habitual está relacionado con la displasia de cadera (si quieres saber más sobre otros aspectos de displasia de cadera haz clic aquí). La dificultad estriba en detectar los cambios en fases iniciales.

    Utilidad de la radiografía de cadera en el perro

    Para llevar a cabo un correcto estudio de pelvis, diagnosticar columna lumbosacra, estudiar estructuras blandas como la próstata en el macho o observar el progreso de un cachorro durante el parto es necesario realizar una radiografía de cadera, pero el motivo más habitual para realizar una radiografía de cadera en el perro es el estudio de la displasia de cadera (si quieres saber más sobre otros aspectos de displasia de cadera haz clic aquí). La dificultad estriba en detectar los cambios en fases iniciales.


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    Valoración de la radiografía

    Para que se pueda considerar que la radiografía es correcta, técnicamente hablando es necesario que se cumplan los siguientes requisitos:

    • En el limite superior deben aparecer las alas de ilion
    • En el margen inferior deben aparecer ambas rodillas con sus rótulas centradas
    • Debe estar contrastada, identificada, bien posicionada y con la derecha e izquierda identificadas.

    En la evaluación de la displasia de cadera la posición más utilizada es con los miembros posteriores extendidos. El perro debe estar sedado para asegurar una completa relajación de los músculos y colocado en una cuña para garantizar un posicionamiento ventrodorsal correcto. Se debe marcar el lado izquierdo o derecho con un marcador de plomo. El haz de rx debe estar centrado en la porción caudal de la pelvis y colimado para garantizar la visualización completa de la pelvis hasta las rótulas. Los miembros posteriores se colocan en pronación y adducción. Luego se extienden y se estiran hacia el caudal y se empujan hacia abajo en dirección paralela a la mesa. Los extremos de las patas se rotan hacia adentro para garantizar la correcta posición de los fémures.

    Si la posición del perro es correcta observaremos:

    • La totalidad de la pelvis
    • Tamaño idéntico de alas ilíacas y agujero obturatriz y articulaciones sacroilíacas similares.
    • Las rótulas están superpuestas sobre la línea media de los fémures y proyectada entre los sesamoideos.
    • Los fémures están o paralelos entre sí o paralelos a un plano sagital a la columna vertebral o paralelos a la mesa indicado por aproximadamente la posición del nivel de la parte superior del trocánter mayor y el centro de la cabeza femoral (algo que depende de la raza).
    • El marcador izquierdo/derecho está claramente visible.

    Importante: el borde dorsal del acetábulo debe estar claramente visible a través de la cabeza femoral.

    Hay una segunda posición, llamada posición de rana, en la que los fémures se separan de la línea media del cuerpo.

    Así pues, en primer lugar en la radiografía de cadera hay que identificar las siguientes estructuras: cabeza femoral, borde acetabular craneal o anterior, diáfisis femoral, isquion, ala del ilion y rótula.

    En segundo lugar se procede al examen de la imagen:

    Congruencia articular. Para que exista congruencia articular la cabeza del fémur debe de entrar bien en la cavidad cotiloidea o acetábulo.

    • Cobertura y contorno acetabular. La cavidad cotiloidea debe cubrir de forma armónica la circunferencia de la cabeza femoral. La cavidad cotiloidea tiende a aplanarse con la evolución de la displasia, perdiendo así la capacidad de recibir la cabeza femoral.
    • Forma de la cabeza femoral. Tiene que presentar una esfericidad congruente con el acetábulo, su receptor. Al tratarse de un proceso degenerativo la cabeza tiende a aplanarse, presentando un aspecto más parecido a una seta o el tope de un vagón.
    • Valoración del cuello femoral. Debido a la aparición de depósitos óseos de origen inflamatorio, el contorno del cuello femoral se pierde. En casos más avanzados el cuello femoral llega a desaparecer, ya que desaparece la depresión entre la cabeza y el trocánter mayor, convirtiéndose en una continuación de la cabeza.
    • Intersticio articular o espacio articular. Al aumentar el proceso de incongruencia articular, las dos líneas que lo forman casi paralelas empiezan a divergir hasta desaparecer en el caso de luxación de la cabeza.

    El resultado es laxitud coxo-femoral con la subsiguiente inestabilidad articular, que es lo que provoca el desarrollo de la osteoartrosis. Para aprender de forma didáctica sobre la displasia de cadera en perros haz clic aquí.  

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