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    Gestión presupuestaria de la clínica: controla tus gastos

    En el post Gestión presupuestaria de la clínica: por qué funcionar con presupuestos vimos una de las dos partes en las que tenemos que basar nuestra gestión presupuestaria: la planificación de los ingresos. Pero esta es sólo una de los dos pilares que la sustentan, el otro es el control de los gastos y de otras variables que pueden determinar su cuantía, como la productividad del personal.

    En cualquier negocio, incluido un centro veterinario, es básico planificar los ingresos y gastos futuros para fijar el objetivo empresarial. Como indicamos en el post al que hacemos referencia, esta planificación se suele hacer por periodos anuales, de manera que a finales de cada año se suele proyectar la estimación económica para el siguiente.

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    Segunda parte de la gestión presupuestaria: productividad y gastos

    Llegados a este punto, conviene analizar las principales partidas de costes del centro ya que de su tamaño relativo en proporción de los ingresos dependerá la rentabilidad final. Los indicadores 11 a 13, siguiendo la numeración que iniciamos en el análisis de los ingresos para elaborar el presupuesto anual, se enfocan precisamente a medir estos costes y las variables que los afectan, incluida la productividad individual del personal de la clínica:

    1. Coste salarial total de la plantilla como porcentaje sobre la facturación del centro. El coste salarial es la partida más importante de gasto dentro de la cuenta de resultados de un centro veterinario. Este indicador tiene un impacto clave en la rentabilidad del centro. En líneas generales, se considera complicado que un centro alcance rentabilidades razonables si dedica mucho más del 40 % de sus ingresos a cubrir costes salariales (y en particular más de un 20-25 % a cubrir costes salariales de veterinarios). Para medirse correctamente deben incluirse el total de los costes salariales (salarios brutos y cotizaciones a la seguridad social soportadas por la empresa), incluyendo una asignación salarial para los socios.
    2. Productividad de cada veterinario. Se refiere a los ingresos en servicios médicos generados por cada veterinario. Nos permite valorar la evolución histórica de cada veterinario e identificar diferencias relevantes dentro de nuestro equipo. Hay que recordar que valores como la experiencia, el horario, la especialidad médica, el número y la capacitación del equipo de auxiliares, influirán de manera importante en los valores de este indicador.
    3. Coste de las compras de consumibles y mercaderías. Nos orienta sobre la eficiencia y el ahorro en la utilización de estos recursos por parte de nuestro equipo, así como a identificar posibles ineficiencias en la gestión de los stocks.

    Y siguiendo también lo expuesto en la imagen referente a los ingresos del post Gestión presupuestaria de la clínica: por qué funcionar con presupuestos, tendríamos lo siguiente:

    Un buen programa informático de gestión debería permitir la obtención, seguimiento de tendencias e interpretación de estos indicadores, de manera relativamente automatizada. El auténtico “arte” de un buen gestor residirá en poner en marcha las medidas (planes, programas, acciones concretas) adecuadas para devolver a la “zona de normalidad” aquellos indicadores que sufran desviaciones negativas.

    Texto original:
    PERE MERCADER, DVM MBA
    @pmercadervms

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