Pasear con el gato... o no

Todos sabemos lo natural que resulta sacar a pasear a un perro, pero… ¿y al gato? No suele suceder con el gato, y sin embargo, esta actividad puede ser agradable, aunque también peligrosa.

Debes analizar cómo puede afectarle: tiene pros y contras, como todo en la vida. Disfrutar del aire libre puede propiciar que el gato amplíe su territorio y lo tome por costumbre. En tal caso, lo disfrutará.

Es cierto que resulta rara la idea de pensar en un gato con correa, pero si piensas sacarlo a pasear, deberías llevarla. La correa, el arnés y toda la paciencia que haya en ti, porque será tu gato quien pretenda dominar y decidir el destino, pero deberás enseñarle que serás tú siempre quien tome las decisiones.

A PASEAR DESDE PEQUEÑOS

Los gatos son caseros, y de hecho, la esperanza de vida es mucho mayor entre los gatos que son únicamente de interior que los que tienen vida en el exterior. Para evitar accidentes, el hábito de paseo debe realizarse siempre con correa. Preocúpate por enseñarle esta rutina desde que es pequeño: se adaptará con mayor facilidad tanto a la correa como al aprendizaje. Los gatos adultos serán más reacios, aunque también puedes entrenarlos para salir a pasear. Solo necesitarás un poco más de paciencia, persistencia y sensibilidad para lograr el objetivo final.

Los gatos adultos serán más reacios al aprendizaje de este hábito, aunque también puedes entrenarlo para salir a pasear. Solo necesitarás un poco más de paciencia y persistencia.

¿CÓMO USAR LA CORREA

Si te has decidido a llevarlo a pasear, entonces deberás comprar una correa con arnés diseñada para tirar del pecho, no de la garganta. Las correas más comunes miden no más de 1 metro y deben ser livianas. Asegúrate de que estén especialmente diseñadas para gatos, pues de lo contrario podrían quitárselas con facilidad. Antes de colocársela, tu gato deberá familiarizarse con ella, así que déjala junto a su lugar de dormir para que pueda manipularla y olfatearla durante varios días. Será después de este tiempo cuando llegue la hora de ponerle el arnés. Una vez habituado al arnés, vendrá el turno de la correa.
Intenta que los primeros paseos sean en casa. Solo cuando tu gato se desenvuelva con tranquilidad junto con el arnés y la correa, será el momento de salir a la calle.

ADIÉSTRALO EN LA CALLE

Mantén la correa firme, aunque no tirante; y sé tú quien marca la ruta. Sé dulce al darle instrucciones: te entenderá y a la vez, evitarás que se ponga nervioso. La paciencia y la sugestión serán algunas de las claves para el adiestramiento.

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