Cómo educar a un perro adulto: 8 trucos indispensables

¿Quieres lograr que tu perro adulto realice, bajo tus indicaciones, ejercicios y trucos? No es tarde para educarlo, aunque ya no sea un cachorro. Todavía estás a tiempo de enseñarle a que acuda a tu llamada o haga sus necesidades solo durante vuestros paseos.

Existen muchas razones por las cuales un perro adulto necesita que lo eduquen. Por ejemplo, si acoges un perro adulto en casa es probable que debas enseñarle comportamientos que nunca nadie le ha enseñado. En ese caso, necesitará que le enseñes normas básicas de comportamiento: acudir a tu llamada, pasear sin dar tirones en la correa o que haga sus necesidades en el sitio adecuado.

Adiestrar a un perro adulto no tiene por qué ser más difícil. De hecho, te evitarás tener que lidiar con los inconvenientes de los cachorros; principalmente, la incontinencia y la facilidad con la que se distraen y entretienen.

En este artículo te enseñamos cómo educar a un perro adulto; a enseñarle todos estos buenos modales caninos para que la convivencia sea más fácil y armónica. Recuerda que cada perro adulto es un mundo, con sus experiencias anteriores y circunstancias particulares. Sin embargo, sin importar la raza, edad, características o habilidades innatas, cualquier perro puede aprender pautas de comportamiento. En cuanto a ti, necesitarás saber algunos trucos, tener algo de tiempo y mucha paciencia.

CÓMO EDUCAR A UN PERRO ADULTO: LAS CLAVES

Debes saber que existen muchas técnicas de aprendizaje para perros y diferentes formas de aplicación. Sin embargo, el aprendizaje del perro siempre se basa en que este asocie una conducta determinada con una consecuencia, ya sea un refuerzo o un castigo. Esta forma de aprender recibe el nombre de aprendizaje asociativo.

Para lograr que un perro adulto ejecute órdenes básicas, te recomendamos aplicar reforzamientos positivos. Son más respetuosos y efectivos y la mejor opción para tu perro adulto.

Todos los estímulos que a tu perro le resulten agradables son refuerzos positivos. Puede ser la comida, las caricias, los elogios, etc. Si cuando su comportamiento es el correcto, tu perro recibe de forma inmediata uno de estos estímulos, tendrás más probabilidades de que la buena conducta se repita.

Veámoslo con un ejemplo. Llamas a tu perro y cuando acude le das un premio. Repitiendo esta secuencia, estarás aumentando las probabilidades de que tu perro se acerque cada vez que lo llames hasta que la conducta esté aprendida y se transforme en un hábito.

Ciertas órdenes son más elaboradas que otras; sin embargo, con paciencia, constancia y práctica lograrás que tu perro aprenda cualquier conducta que te propongas. Por ejemplo, puedes premiar a tu perro cuando haga sus necesidades en el sitio adecuado. Para pasar a una orden más elaborada podrías asociar un comando de voz a la conducta. Concretamente, diciendo «pipí» cada vez que orine. Así, cuando estéis realizando vuestro paseo diario, al decir el comando provocarás la conducta de orinar.

CÓMO EDUCAR A UN PERRO ADULTO: TRUCOS Y RECOMENDACIONES

  • Un poco de ejercicio previo no está de más. De este modo, tu perro libera energía y a la hora de poner en marcha la rutina de aprendizaje no estará nervioso o excitado. Puede ser un paseo, juegos o aquello que le ayude a liberar un exceso de energía. Así, lograrás que esté más atento a tus indicaciones.

     

    Aunque depende de cada perro, podemos afirmar que, generalmente, el ejercicio físico más o menos intenso es necesario para que tu perro esté más tranquilo y equilibrado tanto desde el punto físico como emocional.

  • Elige un ambiente tranquilo. Preferiblemente lugares donde haya pocas distracciones para tu perro. Esto es imprescindible tanto para que tú como él mantengáis la concentración. Aprendidos los comandos, puedes probar a cambiar de lugar de forma que las distracciones vayan en aumento. De este modo logras generalizar el aprendizaje en todo tipo de ambientes.

  • Jerarquiza las conductas. Empieza por órdenes sencillas y ve aumentando la dificultad solo cuando haya aprendido completamente las primeras. Por ejemplo puedes comenzar con que atienda a tu llamada y comandos fáciles como «sienta» y «quieto». Empezar por lo fácil es básico para disminuir la frustración. Recuerda que es imprescindible no incorporar nuevas órdenes hasta que el primero esté bien aprendido.

  • Clases breves. Huye de las eternas sesiones de entrenamiento. Como en nuestro caso, el tiempo de atención en el perro es limitado. Es preferible establecer sesiones cortas, aunque tu perro no responda de la forma deseada. Incluye descansos y probado nuevos intentos en otro momento. La idea es que estos ratos juntos sean una experiencia positiva para ambos.

  • Trata de que las órdenes sean claras. Evita órdenes confusas y asegúrate de utilizar siempre el mismo comando, incluyendo los mismos gestos, expresiones y tono de voz, para la misma conducta. De esta manera logras que el aprendizaje sea más fácil y rápido de asimilar.

  • El secreto son las recompensas. Utiliza refuerzos positivos para mantener la motivación de tu perro. Dáselos inmediatamente después de que completa con éxito la orden dada. De esta forma se completa el aprendizaje asociativo con éxito. Si tu perro no se comporta como esperas ignóralo. Para empezar el adiestramiento, ten en cuenta que los premios que mejor funcionan al principio son comida o snacks. Recuerda descontarlo de su ración diaria. Con el tiempo no necesitarás darle comida, podrás sustituirla por caricias, elogios o juegos. Lo último que quieres es que tenga sobrepeso.

  • No lo castigues. Hacerlo no solo ofrece pocas alternativas de aprendizaje, sino que fuerza y obliga a tu perro a ejecutar comportamientos que no comprende. Esto genera miedo, estrés y un sentimiento de indefensión que solo conseguirá que se rompa vuestro vínculo.

  • El principio básico del adiestramiento es la paciencia. No te desesperes a la primera si no logras los resultados esperados. Tomaos un descanso y probad más tarde.

Muéstrate atento ante cualquier problema de comportamiento de tu perro. Saber cómo educar a un perro adulto implica reconocer problemas de conducta como fobias, reactividad, agresividad con otros perros o personas, ansiedad o estrés. En ese caso, ponte en manos de un etólogo para que evalúe a tu perro. Estos fenómenos tienen asociados problemas de salud más complejos que requieren de tratamientos específicos y técnicas de modificación de conducta mucho más complejas.

Después de aprender cómo educar a un perro adulto, puedes deducir que lograrlo resulta fácil si sabes cómo. Aporta también tiempo, paciencia y motivación y comprueba que es una tarea muy gratificante. Educar a tu perro no solo hace que tu perro esté bien educado, sino que consiste en pasar momentos de diversión juntos que logran aumentar su motivación y confianza y fortalecer vuestro vínculo.

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