Displasia de cadera en perros: síntomas y cuidados
La displasia de cadera en perros y sus síntomas pueden ir apareciendo a medida que tu compañero vaya creciendo. Esta enfermedad afecta a la articulación y suele desarrollarse por causas genéticas, aunque hay muchos más factores que predisponen a padecerla.
CAUSAS DE LA DISPLASIA DE CADERA EN PERROS
Como te avanzábamos, la displasia de cadera en perros acostumbra a estar causada por cuestiones genéticas o hereditarias, pero eso no es todo.
Algunas razas grandes tienen mayor predisposición a sufrirla, como el golden retriever, el labrador, el pastor alemán, el mastín napolitano, el san bernardo, etc. Sin embargo, un perro que hereda los genes que predisponen a desarrollar displasia puede que la manifieste o no en función de diferentes factores.
Los factores que pueden contribuir a que la padezca son los siguientes:
Una velocidad de crecimiento demasiado rápida.
La obesidad.
La actividad forzada o excesiva durante el desarrollo.
Los desequilibrios nutricionales (calcio y fósforo).
Ciertos factores hormonales.
La carencia de vitamina C.
CÓMO DETECTAR LA DISPLASIA DE CADERA EN PERROS: SÍNTOMAS
Con la displasia de cadera en perros, los síntomas pueden variar en función de si el animal es joven o si es mayor y ya ha desarrollado procesos degenerativos.
Sin embargo, la mayoría presentan los siguientes signos en algún momento de su vida:
Cojera.
Desplazamiento del peso de un lado a otro y rigidez al caminar.
Dolor a la altura de la cadera, sobre todo al hacer ejercicio.
Dificultad para sentarse y levantarse.
Pérdida de masa muscular en las extremidades posteriores, especialmente de mayores.
Alteraciones del comportamiento por dolor (aumento de la irritabilidad).
TRATAMIENTO DE LA DISPLASIA DE CADERA EN PERROS Y SUS SÍNTOMAS
La displasia de cadera es un proceso degenerativo que no tiene curación. Por este motivo, el tratamiento se basa en controlar el dolor y mejorar la calidad de vida del animal.
Dicho esto, el tratamiento de la displasia de cadera en perros y sus síntomas depende de varios factores como la edad, el peso, el grado de afectación de la cadera del animal, el estilo de vida y la implicación del pet parent, etc.
TRATAMIENTO CONSERVADOR
Cuando la displasia de cadera en perros y sus síntomas aún son leves, el tratamiento se basa en la aplicación de diferentes terapias encaminadas a aliviar el dolor y retrasar el avance de la enfermedad:
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Terapia farmacológica para controlar el dolor.
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Uso de suplementos nutricionales que protejan las articulaciones, como Articular Forte de ADVANCE.
Control del peso mediante una dieta adecuada y adaptada a las necesidades de cada momento.
Fisioterapia y rehabilitación para fortalecer la masa muscular, corregir posturas compensatorias, etc.
TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
Si tu perro es adulto y tiene síntomas marcados que no mejoran con el tratamiento conservador, o si es muy joven y es viable corregir la posición de su articulación, puede convenir operarlo.
Como siempre, es el veterinario quien debe decirte qué tratamiento es el más indicado para tu compañero.
CUIDADOS DE UN PERRO CON DISPLASIA DE CADERA
Según el estado de tu perro, los cuidados que necesita pueden variar pero, sea como sea, si tiene displasia de cadera debe mantenerse en su peso mínimo recomendado para evitar la sobrecarga articular, por lo que debes cuidar su alimentación.
Por otro lado, el ejercicio regular pero moderado, como los paseos relajados con correa o la natación, le serán de ayuda. Como también lo será que adaptes el entorno a sus necesidades (con rampas o escaleras para subir al coche y a otros lugares) y le ofrezcas solo colchones terapéuticos (ortopédico o térmicos).
También existen soportes de cadera que venden en tiendas especializadas o tratamientos complementarios como la acupuntura.
Si tu perro está recién operado, por supuesto, necesitará cuidados básicos de limpieza y desinfección, además de hacer reposo durante el tiempo indicado.
La detección temprana de la displasia de cadera en perros y sus síntomas es fundamental para retrasar y evitar algunas de las consecuencias de esta enfermedad. Si observas estos signos en tu perro, especialmente si es joven, no dudes en ponerte en contacto con tu veterinario.
Por otro lado, cabe mencionar que, al tratarse de una enfermedad hereditaria, no es recomendable que los perros que la tienen críen, ya que eso perpetúa la displasia en generaciones sucesivas.