A mi perro le suenan las tripas, ¿por qué?

En ocasiones tienes a tu perro al lado y, de repente, escuchas sonidos que vienen de su barriga. Seguro que en esos momentos te habrás preguntado “¿por qué a mi perro le suenan las tripas? ¿Es normal?”. Sigue leyendo y aclararemos tus dudas.

A mi perro le suenan las tripas: ¿es normal?

“¿Por qué a mi perro le suenan las tripas y qué son esos sonidos?”. Hacerse este tipo de preguntas es normal y, para empezar a encontrar respuestas, debes saber que esos sonidos reciben el nombre de borborigmos, y que generalmente se deben al funcionamiento normal del intestino. 

Puedes imaginarte el intestino de tu perro como un sistema de tuberías. Al igual que a veces, cuando pasa el agua, se escuchan sonidos en las cañerías, las tripas suenan al pasar el contenido intestinal.

Estos sonidos son normales después de comer o beber, sobre todo si tu perro ha comido mucho en poco tiempo. Y también lo son si lleva muchas horas sin comer y siente hambre, ya que el intestino recibe señales hormonales que activan los movimientos.

Pero si la cuestión es “a mi perro le suenan las tripas muy fuerte o muy a menudo”, o si esos ruidos van acompañados de otras señales, puede que algo no vaya bien en su aparato digestivo.

A mi perro le suenan las tripas y tiene otros síntomas

Aunque muchas veces sea normal escuchar borborigmos, en ocasiones, la respuesta a la pregunta “por qué a mi perro le suenan las tripas” reside en un problema que le está causando un exceso de movimiento o ruidos.

Si tu perro también tiene vómitos o diarreas, puede que se deba a lo siguiente:

  • Gastroenteritis aguda. Se trata de una inflamación del aparato digestivo, causada normalmente por alimentos en mal estado o por un cambio brusco en la dieta.

  • Inflamación intestinal crónica. En estos casos, el intestino es incapaz de digerir de forma correcta los alimentos. 

Y si además de vómitos y diarreas, tiene flatulencias, puede deberse a una intolerancia alimentaria, que hace que el intestino reaccione de forma anómala a los alimentos y sea incapaz de digerirlos. 

En caso de que notes que tu perro no defeca, aunque lo intente, además de mostrarse apático, sin falta de apetito y con dolor, su problema puede ser una obstrucción intestinal, causada por un cuerpo extraño o incluso por la inflamación de otro órgano. De ser así, el intestino aumentará los movimientos para intentar hacer avanzar su contenido, que se encuentra bloqueado, y eso hará que digas “a mi perro le suenan las tripas”. También puedes pensarlo si está tomando algún medicamento que estimule o aumente la motilidad intestinal, como sucede con la cisaprida, la domperidona, etc.

¿Qué puedo hacer si a mi perro le suenan las tripas?

Si a tu perro le suenan las tripas y acaba de comer, o hace muchas horas que no come, lo más seguro es que no tengas que preocuparte.

Dicho esto, para disminuir los borborigmos es recomendable que tu compañero coma siempre a las mismas horas, al menos en dos tomas al día, y que le des la cantidad de alimento que necesite. Ya que si come demasiado, o muy poco, le sonarán las tripas y no se sentirá cómodo. 

También es importante elegir una dieta adecuada a su edad y condición, por ejemplo una alimentación como Weight Balance de ADVANCE si sufre sobrepeso, o Articular si necesita un cuidado especial de sus articulaciones. Lo ideal es que sea el veterinario quien te indique cuál es la mejor opción para tu compañero. 

Si has notado otros síntomas como vómitos, diarreas o flatulencias que no se resuelven en veinticuatro horas o tras seguir una dieta, es recomendable que acudas a tu veterinario.

¿Por qué a mi perro le suenan las tripas? Causas

Cuando a tu perro le suenan las tripas es un fenómeno natural y ocurre debido a la actividad normal del sistema gastrointestinal. Estos sonidos se producen por la contracción de los músculos del estómago y los intestinos. Sin embargo, cuando los ruidos gástricos son excesivamente audibles o persistentes, pueden ser motivo de preocupación. Estas son las principales causas:

  • Hambre. Si tu perro ha pasado un tiempo sin comer, es completamente normal que sus tripas gruñan.

  • Ingesta rápida de alimentos. Si un perro come muy rápido, puede tragar aire junto con su comida, lo que puede resultar en ruidos gástricos audibles.

  • Indigestión. Comer algo que no le sienta bien al perro o una comida muy pesada puede causar ruidos estomacales debido a la irritación o inflamación en el tracto gastrointestinal.

  • Alergia alimentaria. Alimentos ingeridos que produzcan alergia a un perro pueden producir estos ruidos en las tripas.

  • Gases. La formación de gases en el tracto digestivo es normal y puede generar ruidos.

  • Cambios en la dieta. La introducción de una nueva dieta o la alteración de la alimentación regular del perro puede provocar ruidos estomacales mientras su sistema se adapta a los nuevos alimentos.

  • Ansiedad o estrés. Los perros pueden manifestar su ansiedad o estrés a través de movimientos intestinales más activos, lo que puede resultar en ruidos gástricos más audibles.

  • Enfermedades gastrointestinales. Los ruidos estomacales persistentes o acompañados de otros síntomas, como vómitos o diarrea, pueden ser un signo de una enfermedad gastrointestinal, como gastritis o gastroenteritis.

  • Parásitos intestinales. La presencia de parásitos intestinales, como lombrices, puede causar irritación en el tracto gastrointestinal, lo que podría resultar en ruidos estomacales.

Medidas preventivas 

Para evitar o reducir los ruidos gástricos en tu perro, es importante adoptar algunas medidas preventivas y mantener un cuidado adecuado de su salud gastrointestinal, como por ejemplo:

  • Controla la alimentación. Establece una rutina en las comidas, un horario regular de comidas para tu perro y síguelo de manera consistente.

  • Evita darle grandes cantidades de comida de una sola vez. Divide la cantidad diaria recomendada en porciones más pequeñas y dáselas a lo largo del día.

  • Utiliza comederos diseñados para reducir la velocidad de ingestión. Esto puede ayudar a prevenir que trague aire al comer con ansiedad.

  • Selecciona una dieta adecuada. Elige una dieta de alta calidad y adecuada para la edad y nivel de actividad de tu perro. 

  • Evita cambios bruscos en la dieta. Si necesitas cambiar la alimentación de tu perro, hazlo gradualmente durante varios días para permitir que su sistema digestivo se adapte.

  • Controla los premios o snacks. Limita la cantidad de premios y golosinas que le das a tu perro. Estos pueden ser altos en calorías y causar problemas digestivos si se consumen en exceso.

  • Evita dar alimentos humanos. Muchos alimentos que consumimos los humanos, como chocolate, uvas, cebolla y ajo, son tóxicos para los perros y pueden causar problemas gastrointestinales graves.

  • Fomenta la hidratación. Asegúrate de que tu perro tenga acceso constante a agua fresca y limpia. 

  • Controla el estrés y la ansiedad. Ayuda a tu perro a gestionar el estrés y la ansiedad, ya que estos pueden afectar su sistema digestivo. 

Esperamos que ya no estés preguntándote “¿por qué a mi perro le suenan las tripas?” En muchos casos se trata de una situación normal debido al funcionamiento del intestino. Pero si has observado otras señales, como vómitos, diarreas, o un exceso de flatulencias, o que tu compañero siente dolor o no quiere comer, es recomendable que acudas a tu veterinario para que lo evalúe.

Preguntas frecuentes sobre por qué a mi perro le suenan las tripas

¿Qué pasa cuando el estómago hace mucho ruido?
Los ruidos que produce el estómago, normalmente, se deben a la propia digestión. 

¿Cómo saber si tu perro tiene dolor de estómago?
Cuando tu perro tenga dolor de estómago, lo sabrás porque le cuesta tumbarse en el suelo y dirige su mirada hacia su vientre. También puede acompañarse de signos de ansiedad y puede llegar a resoplar con la lengua fuera.

¿Cómo saber si mi perro tiene obstruido el intestino?
Cuando un perro tiene obstruido el intestino, los síntomas habituales son la ausencia de heces y en caso de expulsión, en forma de líquido o moco. Además, viene acompañado de pérdida de apetito y decaimiento.

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