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Las perras y las hormonas alteradas


Las perras y las hormonas alteradas

Cuando se quiere montar una perra hay que hacerle un pequeño estudio de sus ciclos para determinar cuales son los días adecuados, que varían según la naturaleza de cada animal. Hay que anotar la fecha del primer celo porque así se podrán determinar los siguientes. Aunque las tendencias son las mismas, indiferentemente de la raza o del tamaño, cada ejemplar tiene una manifestación propia. Además, este seguimiento permitirá descubrir si existe alguna anomalía o trastorno en los ciclos.

Un examen físico de los genitales por parte del veterinario puede descubrir alguna anomalía que le induzca a tener ciclos cortos. Los problemas hormonales, en cambio, no son detectables a simple vista.

En primer lugar es necesario descubrir cual es el origen de la disfunción sexual de la perra. Las alteraciones de sus ciclos sexuales pueden estar provocadas por varios motivos, entre ellos, una falta de desarrollo de los órganos sexuales o problemas hormonales.

El caso de la hipersexualidad se produce cuando el periodo entre dos celos es cada vez más corto. Aunque la perra puede ser estéril, el tiempo de celo es más largo. Se trata de una afección muy extraña y no suele presentarse, pero en ocasiones ocurre. Hay que vigilar a la perra porque la hipersexualidad también conlleva alteraciones de conducta y, si se agrava, puede llegar a ser un estado prácticamente permanente.

Otro problema son los ciclos cortos o hiposexualidad. Una afección en los ovarios puede provocar esta alteración que, con frecuencia, está asociada a la obesidad. En este caso los celos son cortos y en algunos casos son totalmente ausentes, derivando en que nuestra perra sea estéril.

En el caso de que no haya ningún tipo de problema, la perra atraviesa dos ciclos al año. Un ciclo normal se divide en tres fases, aunque hay una cuarta que en realidad es el descanso de la actividad sexual, hasta el comienzo de un nuevo ciclo.

El primero se denomina proestro y dura entre 7 y 21 días. La vulva se hincha, pierde sangre e inicia la atracción del macho, aunque la perra todavía rechaza cualquier intento de monta del macho. El estro tiene una duración de entre 2 y 5 días. La ovulación se produce entre el tercero y quinto día desde el inicio de esta fase. La vulva sigue hinchada pero se reducen las pérdidas de sangre, y la perra ya acepta la monta. La tercera fase es el mataestro, que dura entre 100 y 140 días y durante la cual la perra rechaza la monta. Si la perra se ha quedado preñada, la gestación se produce en esta fase. Después del metaestro empieza la fase de descanso de la actividad sexual de la perra, llamada anestro, que tiene una duración variable.

Como ves, seguir de cerca los ciclos sexuales de nuestra compañera canina es indispensable, tanto si queremos que tenga cachorritos como para descubrir cualquier tipo de alteración.