Montse y Leo Montse y Leo Montse y Leo Montse y Leo
Cuidar

Montse y Leo, entre paseos, inyecciones y acupuntura

Montse y Leo, entre paseos, inyecciones y acupuntura
Montse

Montse

Se desvive por Leo

Leo

Leo

Tiene un montón de amigos, sobre todos perritas

Montse vive con su marido en su piso de Barcelona y como siempre había vivido rodeada de perros hacía algún tiempo que de manera sutil pedía uno pequeño como regalo. Un día, una de sus hijas le dio una sorpresa y apareció con Leo, un cachorro labrador que, en poco tiempo, conquistó su corazón y el de su familia.


Al principio todo era normal: un cachorro enérgico, juguetón y cariñoso que crecía rapidísimo y se pasaba el día regalando amor. Todo cambió cuando, al acercarse a los seis meses de edad, Montse se dio cuenta de que algo no andaba bien. “Veía que se cansaba mucho, entonces lo llevé al veterinario, quien me dijo que, aunque era todavía muy chiquito para poder dar un diagnóstico fiable, probablemente tendría displasia”, explica.


Con el tiempo esta mala noticia se confirmó y se le sumó un diagnóstico de artrosis, por lo que Montse se puso manos a la obra para ayudarle. Las radiografías, los medicamentos, la alimentación especial, las inyecciones y hasta las sesiones de acupuntura con Paula, una especialista que le apoya y le da buenos consejos, pasaron a convertirse poco a poco en su pan de cada día.
 


Veía que se cansaba mucho, entonces lo llevé al veterinario
Veía que se cansaba mucho, entonces lo llevé al veterinario


La dueña de Leo explica que lo saca todos los días a pasear, a su ritmo, y que “tiene un montón de amigos, sobre todos perritas”. A pesar de sus problemas, Leo es un perro muy sociable y esto a Montse le parece muy importante, así que incluso en momentos difíciles en los que ella misma pasó por varias operaciones, hizo todo lo posible para que un chico viniese cada día a sacarlo de paseo. Hace todo lo que está a su alcance para mejorar la vida de Leo, pues para ella es uno más de la familia. Algo que se nota hasta en los pequeños detalles, como por ejemplo, el chubasquero que le compró para protegerlo de la lluvia.


“Es una monada de perro. Con mi nieta Martina se deja hacer de todo. Leo se pone panza arriba y Martina lo acaricia, le estira la cola, le da besos...”, de esta manera explica Montse el amor de Leo por los niños y también por los bebés: “cuando nació mi última nieta, Adriana, mi hija y mi yerno vinieron a casa para presentársela a Leo. Él la olió y le dio un beso en los pies como ya había hecho antes con Martina”. Y es que, como suele pasar con muchos animales, el esfuerzo que hacen por él, vuelve en forma de amor incondicional, algo que según ella, “no tiene precio”.


Es una monada de perro
Es una monada de perro


A Montse no le importa en absoluto que su perro tenga estas limitaciones. Entiende perfectamente lo que uno siente al no poder moverse con facilidad ya que a ella la han operado dos veces de la columna. Cuando Leo no quiere salir Montse le dice “estás malito como tu dueña”. Y lo cierto es que, a pesar de todo, Leo es un perro muy feliz, pues ha tenido mucha suerte de caer en una familia que lo comprende, lo cuida y disfruta de su compañía cada día que pasan juntos.
 


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