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    Lepra felina: Dos síndromes clínicos diferentes

    J Feline Med Surg 4[1]:43-59 Mar\'02 R. Malik; M.S. Hughes; G. James; P. Martin;

    J Feline Med Surg 4[1]:43-59 Mar\'02

    R. Malik; M.S. Hughes; G. James; P. Martin; D.I. Wigney; P.J. Canfield; S.C.A. Chen; D.H. Mitchell; D.N. Love

    Objetivo: La lepra felina se refiere a un proceso en el que los gatos desarrollan unos granulomas del subcutis y piel en asociación a unos bacilos ácido-resistentes intracelulares que no crecen en medios de crecimiento rutinarios. En este estudio la definición se extendió hasta incluir casos en que no se realizó cultivo, pero en los que la técnica PCR identificó amplicones característicos de micobacterias.

    Animales: Se obtienen tejidos de 13 casos del este de Australia entre los años 1988 y 2000.

    Procedimiento: Estos gatos se dividen en dos grupos, en base a la edad, la histología de las lesiones, el curso clínico de la enfermedad y las secuencias de los amplicones obtenidas por la técnica de PCR.

    Resultados: Un grupo consiste en gatos jóvenes (menos de 4 años) que inicialmente desarrollaron una enfermedad nodular localizada en las extremidades. Las lesiones progresaban rápidamente y algunas veces se ulceraban. Se observa un número entre escaso a moderado de bacilos ácido-resistentes en áreas típicas de necrosis caseosa rodeadas por una inflamación piogranulomatosa. Por la técnica PCR se identificó Mycobacterium lepraemurium en dos casos, en otro caso se identificó una secuencia diferente y en otro caso no se pudo obtener un producto de amplificación claro. El curso clínico se consideró como agresivo con una tendencia a la diseminación local, a la recurrencia después de la cirugía y desarrollo de lesiones generales a las varias semanas. Los gatos residían en áreas suburbanas o rurales. El segundo grupo comprende 9 gatos mayores ( mas de 9 años), con afección generalizada de la piel, y el curso clínico es lento y progresivo. En siete gatos hubo en primer lugar una enfermedad localizada que luego se ha generalizó, mientras que dos gatos tenían la enfermedad generalizada desde el principio. La progresión de la enfermedad es más prolongada que en el otro grupo (curso de meses años) y los nódulos cutáneos no llegan a ulcerarse. Microscópicamente las lesiones consisten en láminas de células epiteliales que contienen un gran número de bacilos ácido resistentes entre 2 y 8 um . En 6 de los 7 casos donde se realizó PCR se identificó una secuencia única, incluso utilizando diferentes técnicas de PCR. En cultivos específicos se aislaron crecimientos puros de micobacterias, en uno de los 3 casos donde se realizaron estos cultivos. Los gatos afectados residían en ambientes rurales o semirurales. Estas infecciones podían curar en general usando 2 o 3 de estos antibióticos, la rifampicina ( 10-15 mg/kg una vez al día), clofacima ( 25-50 mg una vez al día 0 50 mg cada dos días) y claritromicina ( 62.5 mg por animal cada 12 horas).

    Conclusiones y relevancia clínica: Estos hallazgos sugieren que la lepra felina comprende dos síndromes clínicos diferentes, uno suele ocurrir en gatos jóvenes y es producido por el M. Lepraemurium y otro síndrome que ocurre en gatos mayores y es producido por una única y nueva especie de micobacteria.