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    La enferemedad cardiaca como causa de muerte en perros menores de 10 años asegurados en suecia

    Egenvall A, Bonnett BN, Haggstrom J.J Vet Intern Med 2006;20: 894-903.

    Egenvall A, Bonnett BN, Haggstrom J.

    J Vet Intern Med 2006;20: 894-903.

    OBJETIVO: La información obtenida de los datos de población sobre la prevalencia de enfermedades es muy importante en la toma de decisiones clínicas y en el diseño de las medidas preventivas, pero se trata de una información escasa. El objetivo de este estudio es el de valorar si el riesgo de la muerte por proceso cardiaco es más alto en ciertas razas y si la mortalidad varía con la edad y el sexo.

    ANIMALES: perros con un seguro de vida asegurados por una compañía de seguros para animales entre 1995 y 2002.

    MÉTODOS: Se estudió el patrón de mortalidad por enfermedad cardiaca en perros asegurados de hasta 10 años de la edad. Se investigaron las influencias del sexo, de la edad, de la raza, del mes, y de la localización geográfica mediante índices de frecuencia, de proporciones y de proporciones de supervivencia.

    RESULTADOS: 405.376 perros contribuyeron a un denominador de 1.431.933 perros por año con riesgo (DYAR) y 3.049 perros habían sido asignados a una diagnóstico de muerte relacionada con un proceso cardiaco. La mortalidad relacionada con una causa cardiaca para perros de menos de 10 años de edad, fue de 21.3 muertes por 10.000 DYAR. Esta mortalidad en machos y hembras era 27.3 muertes y 15.4 muertes por 10.000 DYAR, respectivamente. Doce de las 54 razas tenían un punto estimado por encima de la media general. Las tres razas con las estimaciones en el punto más alto eran: Irish Wolfhounds, Cavalier King Charles Spaniels y grandes daneses (índices de 356, 247, y 179 muertes por 10.000 DYAR, respectivamente).

    CONCLUSIONES E IMPORTANCIA CLÍNICA: La raza, la edad, y el sexo afectan la mortalidad cardiaca en ciertas razas de perros, pero no se identificó ningún efecto del mes y de la localización geográfica. Estos resultados pueden ayudar a los clínicos para establecer diagnósticos, y pueden ayudar a los criadores para definir las prioridades en las medidas preventivas.