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    Hipertiroidismo Felino

    ETIOLOGÍA: Es una enfermedad caracterizada por un exceso de hormonas tiroideas en la circulación sanguínea (tirotoxicosis). Actualmente es la enfermedad endocrina más frecuente del gato en algunos países. La causa habitual es la presencia de un adenoma funcional tiroideo bilateral o unilateral. La patogenia de la formación del adenoma no está clarificada y parece ser que es una enfermedad cuya incidencia ha aumentado en los últimos años. La incidencia de un carcinoma de tiroides en el gato es muy baja.

    PRONÓSTICO: El pronóstico es excelente con las técnicas modernas. El tratamiento médico da buenos resultados pero debe mantenerse de por vida.

    SÍNTOMAS: Afecta normalmente a gatos mayores de 5 años. Hay signos clínicos en la gran mayoría de órganos y sistemas, normalmente asociados a un exceso de función originado por el exceso de hormonas tiroideas. La presentación de la enfermedad puede ser leve o grave y el cuadro clínico es muy variable según qué órganos estén afectados y qué signos clínicos predominen sobre los otros. Los signos más frecuentes son adelgazamiento, hiperactividad, polifagia, taquicardia, PU/PD, soplo cardíaco, vómitos y diarrea crónica. Los signos menos frecuentes son: anorexia, depresión, taquipnea, debilidad muscular, temblores, ICC y disnea. La mayoría de signos clínicos se producen por la sobreestimulación de los procesos metabólicos generales, de los que son responsables las hormonas tiroideas; los vómitos generalmente se producen por una ingesta demasiado rápida, las diarreas por hiperperistaltismo, los signos cardiorrespiratorios por la aparición de una cardiomiopatía secundaria que habitualmente es hipertrófica y en algunas ocasiones dilatada.

    TRATAMIENTO: El estado de hipertiroidismo se puede controlar con fármacos antitiroideos para mejorar el estado del gato como paso previo a las opciones de tratamiento definitivamente curativas, que son la tiroidectomía quirúrgica o bien el tratamiento con iodo radiactivo. La administración de metimazol y propiltiouracil bloquean la síntesis de hormonas tiroideas pero no destruyen el tejido hiperplásico. Es la opción de tratamiento menos agresiva y más barata pero no es curativa y se debe administrar toda la vida. Se aconseja el metimazol 10-15 mg/día, obteniéndose una buena respuesta en 1 a 3 semanas. No provoca efectos importantes salvo anorexia y vómitos en algunos gatos. Algunos gatos requieren dosis más altas para llegar a un estado eutiroideo (hasta 30 mg/día). En ocasiones, con el tiempo se pueden reducir las dosis y seguir con una dosis mínima diaria que mantenga el gato sin signos clínicos. La tiroidectomía quirúrgica es normalmente curativa. Tratar previamente con metimazol para realizar la intervención en un estado eutiroideo, con especial atención si hay enfermedad cardíaca. En los casos unilaterales se extrae únicamente el lóbulo afectado, mientras que en las afectaciones bilaterales se deben extraer los dos lóbulos vigilando respetar la glándula paratiroides; es frecuente como complicación la presentación de [cuadro de hipoparatiroidismo] debido a la extracción o alteraciones en la vascularización de la glándula paratiroides, respuesta rápida, algunas recidivas por permanencia de resto de tejido tiroides, (técnicamente es difícil). En los casos de extracción bilateral debe tratarse el gato siempre con [L-tiroxina], es conveniente monitorizar los niveles de T4 anualmente. El iodo radiactivo es el tratamiento de elección pero solamente está disponible en sitios especializados. El tratamiento se basa en la irradiación con iodo radiactivo, que es captado especialmente por las células hiperplásicas o neoplásicas. Normalmente es suficiente con una dosis y en algunos casos se requieren dos sesiones, la normalización aparece en 2 semanas a tres meses, no hay efectos secundarios importantes. Requiere hospitalización larga y un manejo especial del gato y sus desechos. Es una técnica, aunque muy eficaz, que no está disponible en España.