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    Medula Espinal, Trauma

    ETIOLOGÍA: El trauma espinal se define como una compresión aguda de la médula acompañada de una fractura, luxación o subluxación de la columna vertebral. Las causas suelen ser accidentes de tráfico, peleas y caídas desde un piso. Este proceso provoca cortes, estiramientos longitudinales o transversales de la médula espinal. Se produce una intensa hemorragia y una isquemia tisular (que provoca hipoxia).

     

    PRONÓSTICO: Cuando la lesión neurológica es leve, suele tener un excelente pronóstico, pero cuando la lesión es muy grave los animales no suelen recuperarse. Una vez ha pasado un tiempo prudencial, 5-8 semanas, es bueno comenzar a realizar rehabilitación en arena, natación en piscina, etc.

     

    SÍNTOMAS: Tras el trauma aparecen unos síndromes clínicos característicos:

    • Shock espinal: Hay una atonía y arreflexia caudal a la lesión. Suele ser transitorio.
    • Síndrome Schiff-Sherrigton: Se produce una extensión rígida de los miembros anteriores con una parálisis fláccida del tercio posterior. Indica lesión grave a nivel toracolumbar.
    • Mielomalacia: Hay una isquemia y una hemorragia en toda la médula espinal. Evoluciona en unos 10 días, desde una parálisis fláccida de los miembros posteriores, hasta la parálisis rígida de los anteriores y la muerte por parálisis respiratoria.

     

    TRATAMIENTO: El tratamiento incluye el reposo absoluto, médico y quirúgico. El tratamiento médico incluye el [succinato de metil-prednisolona] a dosis adecuadas. Estas dosis son de 30 mg/kg vía IV ya que dosis de 60 mg/kg no demuestran mayor eficacia, y dosis de 15 mg/kg no son eficientes. El uso y beneficio de los corticoesteroides siempre es controvertido, pero parecen muy eficaces siempre que se usen dentro de las 8 primeras horas del trauma. Al administrar dosis tan altas de glucocorticoides se asocian a la [cimetidina] y al [sucralftato] para proteger la mucosa gastrointestinal. El tratamiento quirúrgico se reserva para los casos que cursen con una parálisis severa, evolución progresiva de los signos neurológicos o por una inestabilidad entre dos vértebras. Normalmente se usa la descompresión por hemilaminectomía y/o la estabilización vertebral mediante técnicas de osteosíntesis. Hay que tener en cuenta la disfunción neurológica y vaciar la vejiga frecuentemente mediante presión o cateterismo intermitente. Como el animal suele tener un postoperatorio muy largo, hay que evitar las úlceras por decúbito, dermatitis por orina, suciedad, etc.