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    Antibióticos para gatos: Alergia felina a antibióticos

    Las reacciones alérgicas a los antibióticos en los felinos no son muy frecuentes, pero pueden provocar cuadros graves. Analizamos los principales síntomas y el tratamiento más adecuado.

    Los antibióticos se utilizan para tratar una amplia gama de infecciones causadas fundamentalmente por bacterias. Aunque suelen ser un tratamiento efectivo y bien tolerado, algunos gatos pueden desarrollar una reacción alérgica a ciertos antibióticos.

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    La mayoría de las reacciones adversas a los antibióticos se deben a sus efectos farmacológicos, de manera que se pueden predecir y dependen de la dosis utilizada. Sin embargo, en algunos casos se producen reacciones idiosincrásicas que son independientes del efecto del fármaco y la dosis utilizada, por lo que son impredecibles.

    Manifestaciones clínicas de la alergia a los antibióticos para gatos

    Los síntomas de las reacciones alérgicas suelen aparecer rápidamente, generalmente durante los primeros 60 minutos tras haber utilizado el fármaco. Los signos clínicos más comunes son: eritema, urticaria y angioedema.

    La combinación de sulfonamidas y trimetoprima, común en la medicina veterinaria para tratar diferentes infecciones, es la que suele provocar más reacciones adversas, ya que se absorben rápidamente, alcanzando concentraciones sanguíneas máximas dos horas después de la administración oral, y distribuyéndose por la mayoría de los tejidos, incluidos los fluidos corporales y el sistema nervioso central1.

    Cuando se produce una liberación aguda y masiva de mediadores, el gato puede padecer anafilaxia, una reacción grave que se acompaña de disnea, broncoespasmo y, en los casos más graves, colapso cardiovascular, un cuadro que puede provocar la muerte en un corto periodo de tiempo. Este tipo de reacciones son más comunes cuando se administran antibióticos betalactámicos como la penicilina y ampicilina, como nos explica la Dra. Tatiana Lima en su ponencia sobre las “Reacciones cutáneas adversas a los medicamentos”.

    En algunos casos se pueden producir reacciones retardadas mediadas por linfocitos, las cuales cursan con manifestaciones clínicas similares a aquellas que produce el pénfigo. Por tanto, el gato puede presentar pápulas, pústulas, eritema, úlceras, placas hemorrágicas, vasculitis cutánea y dermatitis. No obstante, se debe aclarar que las reacciones cutáneas provocadas por la alergia en gatos suelen ser más inespecíficas que en los perros, según describieron los investigadores Ina Hermann, Lukas Einhorn y Lucia Panakova2.

    Los antibióticos como las sulfamidas, cefalexina, la amoxicilina/ácido clavulánico, oxacilina y las tetraciclinas son los que suelen desencadenar este tipo de reacciones. En esos casos, la reacción alérgica se debe más bien al agente infeccioso, ya que este crea un medio inflamatorio que aumenta las probabilidades de que tras la administración de un fármaco se activen las células T y se desencadene una reacción inmunológica.

    Tratamiento de la alergia felina a los antibióticos

    En la mayoría de los casos, el tratamiento de la alergia felina consiste en suspender el antibiótico y proporcionar atención de apoyo según el sistema de órganos afectado. Como regla general, cuando se suspende el tratamiento, los síntomas causados por la alergia a los antibióticos para gatos suelen desaparecer en 24 horas sin dejar secuelas.

    En caso de toxicidad oral aguda, se puede administrar carbón activado para evitar que se produzca una mayor absorción del antibiótico. Si es necesario inducir el vómito, la xilacina es un emético eficaz en los gatos.

    Además del antihistamínico para combatir la reacción alérgica, se puede recurrir a los glucocorticoides sistémicos, preferentemente aquellos de acción rápida y corta como la prednisolona y metilprednisolona.

    Es posible que sea necesario suministrar líquidos por vía intravenosa para facilitar la rehidratación y restaurar los electrolitos perdidos si el gato ha tenido diarrea y vómitos. La fluidoterapia también contrarresta la hipotensión y estimula la función renal, lo cual agiliza la eliminación del antibiótico del cuerpo a través de la orina.

    En algunos casos se recomiendan suplementos de ácidos grasos para controlar el prurito debido a su efecto inmunomodulador, como indicó un estudio el Dr. Jangi Bajwa3, así como bañar al animal con un champú suave para reducir la inflamación y molestias de la piel.

    Por supuesto, en el futuro habrá que evitar el uso de ese antibiótico y optar por otras alternativas, según la fuente de infección. De hecho, la reexposicion al antibiótico puede causar reacciones alérgicas más severas, como señaló este estudio de Voie KL, Campbell KL y Lavergne SN4.

    Referencias Bibliográficas:
    1. Noli, C. et. Al. (1995) A retrospective evaluation of adverse reactions to trimethoprim-sulphonamide combinations in dogs and cats. Vet Q; 17(4): 123-128.
    2. Herrmann, I. et. Al. (2017) Gender aspects in allergies of pets – A secondary publication and update. World Allergy Organization Journal; 10: 42.
    3. Bajwa, J. (2018) Atopic dermatitis in cats. The Canadian Veterinary Journal; 59(3): 311–313.
    4. Voie, K. L. et. Al. (2012) Drug Hypersensitivity Reactions Targeting the Skin in Dogs and Cats. Journal of Veterinary Internal Medicine; 26(4): 863-874.

     

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