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    ¿Cúando y como hacer una inseminación en perros?

    El éxito de la inseminación en perros depende en gran medida de elegir el momento y método adecuados para su realización, así como de la calidad del semen a utilizar.

    Introducción

    La inseminación artificial es una técnica de reproducción asistida que en veterinaria se viene usando en distintas especies desde hace mucho tiempo. De hecho, la primera inseminación en perros que tuvo éxito se realizó en el año 1780.1 Evidentemente en los casi 2 siglos y medio transcurridos desde entonces se han producido importantes avances en el estudio de la reproducción canina. Estos avances permiten, por ejemplo, estimar con bastante fiabilidad el momento óptimo para la inseminación.

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    Además, es posible congelar y transportar semen de una parte del mundo a otra para evitar el desplazamiento de los animales a una estación de monta. Aunque determinados procedimientos de inseminación en perros son llevados a cabo exclusivamente por especialistas en reproducción, es importante que el veterinario generalista esté familiarizado con la práctica de la inseminación en perros.  

    Determinación del momento de la inseminación

    La elección del momento de la inseminación es crítica para el éxito del procedimiento. Esta decisión debería basarse en los resultados de las determinaciones hormonales, citología vaginal y examen vaginoscópico.1

    En general, se considera que el momento en que se alcanza el pico en la concentración de hormona luteinizante (LH) es el que marca cuando se producen todos los eventos reproductivos, desde la ovulación al parto. Desgraciadamente determinar el pico de LH no resulta fácil desde el punto de vista práctico. Por ello, su valor se estima en base a la concentración de progesterona, determinada preferentemente en suero y en una perra en ayunas.1 Diversos estudios han mostrado que el pico de LH se produce cuando la progesterona alcanza valores de 2 ng/ml.1-3

    Se considera que el periodo fértil de la perra va desde el día anterior a la ovulación (día del pico de LH) a 4 días después. Por lo tanto, este sería el momento idóneo para la inseminación en perros.1-3 Normalmente en esos días la concentración de progesterona oscila entre 10-20 ng/ml, pero puede haber variaciones del 30-40% en casos individuales.4 El cierre del cérvix se suele producir cuando la progesterona alcanza valores de 20–30 ng/mL; por ello, si es necesario inseminar en esa situación será necesario recurrir a una técnica de inseminación intrauterina.1 En cualquier caso hay que tener en cuenta que pueden existir diferencias en la concentración de progesterona entre distintos laboratorios.

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    Obtención del semen para inseminación artificial

    La obtención del semen puede hacerse mediante distintos métodos, pero en todos ellos es importante usar equipamiento estéril. Para aumentar el nivel de estimulación del macho puede ser útil realizar el procedimiento en presencia de una perra en celo.1 En el eyaculado del perro se distinguen 3 fracciones, que se aconseja almacenar por separado:

    • La primera fracción es de origen prostático, no contiene espermatozoides y se obtiene a medida que el macho logra una erección completa mientras realiza movimientos de empuje pélvico.
    • Cuando los movimientos pélvicos finalizan se obtiene la segunda fracción, que es rica en espermatozoides y tiene un volumen aproximado de 0,5-1,5 ml.
    • Una vez que el fluido se vuelve más claro se inicia la expulsión de la 3ª fracción, también de origen prostático.1

    Una vez obtenida la muestra, ésta puede usarse inmediatamente, refrigerarse o congelarse. Las muestras frescas o refrigeradas pueden usarse tanto para inseminaciones vaginales como uterinas, mientras que el semen congelado es exclusivo para inseminaciones uterinas.1,2

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    Evaluación de la calidad del semen

    Es importante evaluar la calidad del semen antes de la inseminación. Valoraremos:

    • Morfología.
    • Motilidad.
    • Y recuento de espermatozoides.

    Las posibilidades de fecundación son mayores cuando el eyaculado contiene de 150-200*106 espermatozoides, con un 60% de espermatozoides de morfología normal y una motilidad es superior al 40% (semen congelado) 70% (semen fresco).1,4 Se desaconseja el uso de muestras que contengan sangre o pus.1

    Técnicas de inseminación en perros

    En la literatura veterinaria puede encontrarse una amplia descripción de los diversos métodos de inseminación en perras.1,2 De modo general, cuando se insemina una perra, el semen puede depositarse:

    • En la porción más craneal de la vagina, usando para ello un catéter de plástico rígido o uno con balón (Osiris, Mavic, Foley).
    • O en el útero (inseminación transcervical). A su vez, la inseminación uterina puede hacerse de modo “ciego”, usando un catéter noruego (Escandinavo), guiada por endoscopia o bien mediante cirugía.1,2

    Aunque la inseminación quirúrgica, en su momento, fue descrita como la técnica de inseminación en perros más usada,2 se considera actualmente un procedimiento no ético, y, de hecho, está expresamente prohibida por la legislación de varios países.1

    Se considera que las posibilidades de que la inseminación tenga éxito son mayores con la inseminación uterina (hasta el 90%) que con la vaginal.2,5,6 Sin embargo, no se debe olvidar que para llevar a cabo estos procedimientos con garantías es importante una curva de aprendizaje previa. En algunos países existe la tendencia a realizar dos inseminaciones separadas 24-48 horas para maximizar las posibilidades de éxito. Sin embargo, algunos autores opinan que una inseminación uterina realizada en el momento óptimo es suficiente.1,2,4

    Conclusiones

    Muchos criadores recurren a la inseminación artificial para obtener camadas de perras en las que por diversas circunstancias la monta natural no es efectiva, o para evitar largos desplazamientos cuando desean criar con un semental que no se encuentra en su zona de residencia. En estos casos es muy importante determinar bien el momento óptimo de la inseminación y elegir el método adecuado. Aún cuando no esté específicamente prohibido por la legislación local, el autor considera la inseminación quirúrgica un acto poco ético. Teniendo en cuenta que pueden obtenerse resultados incluso mejores con la inseminación guiada por endoscopia, no debería recurrirse a la cirugía bajo ningún concepto.

    Ficha de evaluación: Movilidad articular del perro

    Bibliografía
    1. Mason SJ. (2018). Current review of artificial insemination in dogs. Vet Clin North Am Small Anim Pract; 48: 567-580.
    2. Macedo SP, Malm C, Henry MR, et al. (2012). Endoscopic transcervical intrauterine artificial insemination in Labrador Retriever bitches. Res Vet Sci; 92: 494-500.
    3. Suzuki H, Watanabe H, Abe Y. (2021). Assisted reproductive techniques for canines: preservation of genetic material in domestic dogs. J Reprod Dev. Nov 29.
    4. Linde Forsberg C (2017). Artificial Insemination in the Dog. En Ettinger SP, Feldman EC, Cote E. (eds). Textbook of Veterinary Internal Medicine. 8th ed. Elsevier: 1253-1262. 
    5. Hayashi K, Morita R, Aso T, et al. (2013). Evaluation of transcervical insemination using frozen semen by flexible endoscope in dogs. J Vet Med Sci; 75: 315-318.
    6. Thomassen R, Sanson G, Krogenaes A, et al. (2006). Artificial insemination with frozen semen in dogs: a retrospective study of 10 years using a non-surgical approach. Theriogenology; 66:1645-1650.