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    Leishmaniosis perros: tratamiento con marbofloxacino y su eficacia.

    La leishmaniosis se encuentra producida por la infección del protozoo del género Leishmania que se transmite por la picadura de su vector: el mosquito flebótomo. Es una enfermedad especialmente frecuente en la región mediterránea, donde la especie predominante es Leishmania infantum.

    La leishmaniasis en su forma visceral es una patología grave que requiere de un tratamiento normalmente largo, por lo que la toxicidad farmacológica es un factor a tener siempre en cuenta. Las quinolonas son un grupo de fármacos que se utilizan de forma frecuente para el tratamiento de infecciones bacterianas tanto de gram positivos como gram negativos, cuyo efecto terapéutico lo realizan a través de la inhibición de la DNA girasa. Recientemente se han ido publicando estudios que demuestran que las quinolonas mediante la inhibición de la DNA girasa pueden inhibir el crecimiento de algunas formas del protozoo durante su ciclo vital1. Estos estudios en conjunto con el conocimiento de que muchas lesiones cutáneas de leishmania se encuentran sobreinfectadas con bacterias propias de la piel dio el sustrato para utilizar las quinolonas como tratamiento de esta enfermedad.

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    El marbofloxacino es una fluoroquinolona de tercera generación sintética que tiene uso veterinario únicamente. Dado su actividad bacteriana amplia era un antibiótico idóneo para testar su eficacia como tratamiento de la leishmaniasis.

    Por ello se realizó un estudio que incluyó a veinticuatro perros entre 2 y 9 años que se presentaron en dos clínicas veterinarias de Atenas con confirmación histológica en ganglio de infección por leishmania y que no habían recibido tratamiento antibiótico para analizar la eficacia de esta quinolona. Los perros se randomizaron a diversos grupos que diferían en la duración del tratamiento (10, 20, 28, ó 40 días) y se siguieron durante nueve meses. Durante las visitas de control se realizaba una evaluación clínica del animal (si presentaba signos o síntomas de infección por leishmania), se realizaban pruebas de laboratorio para observar repercusión analítica y también pruebas de detección del protozoo en múltiples aspirados de nódulos linfáticos.

    Los resultados del estudio mostraron una resolución al completo de las lesiones cutáneas, siendo las lesiones oftálmicas las únicas lesiones que en algunos perros de diversos grupos no se resolvieron. Al finalizar el estudio, solo tres perros mostraban signos de reaparición de la enfermedad, siendo el resto curados. En cuanto a la duración del tratamiento, no hubo diferencias significativas en el tiempo a la curación entre los diferentes grupos aunque las recaídas se observaron en el régimen de 40 días. Finalmente, no se observó ningún efecto adverso durante todo el seguimiento.

    Así pues, la conclusión del estudio sugería que el marbofloxacino es un fármaco seguro que se podría utilizar para el tratamiento de la leishmaniasis en un régimen no superior a 28 días (el régimen de más tiempo fue el que tuvo las recaídas) asociando únicamente otro fármaco a nivel oftálmico para resolución de la sintomatología a ese nivel si se requiriera. Todo esto sin olvidar el tratamiento concomitante con repelentes de mosquitos, una dieta o una correcta nutrición que ayudan a evitar la reinfección y recaída.

    1-    Raether, W., Seidenath, H., Hofmann, J., 1989. Potent antibacterial fluoroquinolones with marked activity against Leishmania donovani in vivo. Parasitol. Res. 75, 412–413.

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