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    Otitis en gatos: causas, diagnóstico y tratamiento

    La otitis en gatos debe considerarse un problema multifactorial que requiere un abordaje específico distinto al que se emplea en el perro.

     

    Introducción

    Por definición, el término otitis hace referencia a la inflamación del oído y/o el pabellón auricular. En general, cuando se habla de otitis en gatos y no se especifica nada más, es para hacer referencia a la otitis externa, afectación del conducto auditivo externo y/o pabellón auricular, sin implicación del tímpano; mientras que cuando existe una otitis media o interna, sí que se suele especificar la localización.1,2

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    Comparada con la prevalencia en perros, la otitis en gatos es una enfermedad poco frecuente.3 Quizá es por ello, que no hay muchos estudios al respecto, sobre todo en poblaciones grandes. Los escasos estudios en los que se ha evaluado la prevalencia de otitis en gatos han evidenciado resultados muy variables, con valores que oscilan entre el 2-19% en gatos con propietario.4 En contraste con estos datos, un estudio en gatos callejeros realizado en Italia reportó una prevalencia de otitis externa del 55%.5 Sin embargo, otro estudio en gatos callejeros belgas concluyó que la gran mayoría de los animales evaluados tenían oídos sanos.2

    Características clínicas y causas de otitis en gatos

    La mayoría de propietarios que acuden a consulta con un gato con sospecha de otitis reportan que el animal sacude la cabeza, se rasca y manifiesta dolor de intensidad variable al tocarle las orejas, así como una excesiva producción de cerumen y/o mal olor.

    En el examen físico suelen evidenciarse excoriaciones, eritema, costras y edema del conducto auditivo y/o pabellón auricular. Es posible la presencia de otohematoma secundario al rascado.4

    Para un manejo correcto de las otitis en gatos es necesario identificar cual es la causa primaria, es decir aquella que por sí misma es capaz de provocar la inflamación del oído, pero también debe evaluarse la posible existencia de factores predisponentes (aquellos que aumentan el riesgo de desarrollo de otitis, pero no la causan por sí mismos) y perpetuantes (no causan la inflamación inicial, pero son responsables de algunos signos clínicos y dificultan la curación) de la otitis.4

    Causas primarias de otitis en gatos

    Las causas primarias de otitis en gatos incluyen parásitos (Otodectes cynotis, Demodex cati), hongos (dermatofitos, Aspergillus spp, Sporothrix schenckii y Cryptococcus neoformans), enfermedades alérgicas (atopia, alergia alimentaria), desórdenes de la cornificación (otitis ceruminosa idiopática, dermatitis facial idiopática de los gatos persas e himalayos, hipotiroidismo primario, enfermedades de las glándulas sebáceas) y enfermedades inmunomediadas (otitis externa proliferativa necrotizante, pénfigo foliáceo).4

    De estas, O. cynotis es la más relevante, representando el 53-69% de las otitis felinas. Afecta más a animales jóvenes y suele cursar con prurito bilateral y la presencia de un exudado ceruminoso marrón oscuro, que recuerda al café molido. Puede coexistir con infecciones secundarias por Malassezia spp, y en hasta un 23% de los casos es posible aislar O.cynotis fuera del conducto auditivo.1,4

    Factores predisponentes de otitis en gatos

    Entre los factores que predisponen al desarrollo de otitis se encuentran principalmente la realización de limpiezas del oído cuando no es estrictamente necesario y la obstrucción del conducto auditivo, que puede ser consecuencia de la existencia de pólipos auriculares, neoplasias, colesteatomas y granulomas de colesterol, o bien debido a una cistomatosis de las glándulas ceruminosas.4  

    Factores perpetuantes de la otitis externa felina

    Incluyen infecciones secundarias por bacterias o Malassezia spp, reacciones por contacto, presencia de cerumenolitos o cuerpos extraños, y otitis media.4 En un estudio realizado en Bélgica, Malassezia spp  fue el microorganismo aislado con mayor frecuencia en el oído externo de 130 gatos callejeros.2

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    Diagnóstico

    La evaluación diagnóstica de un gato con otitis debe incluir historia clínica, examen físico, evaluación otoscópica y citología del exudado. Además, en función de los factores predisponentes o perpetuantes presentes en cada caso, pueden indicarse determinaciones analíticas, cultivo, biopsia, radiografías o tomografía computarizada.1,4

    No hay que olvidar qué se considera normal en el oído del gato

    En el gato se considera normal la presencia de una cierta cantidad de cerumen (generalmente marrón oscuro, pero en ocasiones amarillento o blanquecino), en el interior del oído. Por ello, en ausencia de signos clínicos este hallazgo no sugiere otitis.

    Se considera normal la presencia de 2-3 Malassezia spp y hasta 4 cocos por campo a 400 aumentos.

    Así mismo, es normal encontrar queratinocitos, queratinocitos nucleados y grumos de melanina.

    Qué se considera anormal

    La presencia de bacilos suele indicar patología, y la presencia de células inflamatorias se considera anormal.2,4

    Tratamiento

    Una parte importante del tratamiento de la otitis en gatos, con independencia cual sea la causa, es la limpieza del oído. Una limpieza adecuada permitirá eliminar los exudados presentes y hacer un examen del conducto auditivo más profundo. En función del carácter del gato es posible que para ello haya que recurrir a sedación profunda o anestesia general. Sin embargo, también hay que tener en cuenta que un exceso de limpieza del oído es factor predisponente en el desarrollo de otitis. Por ello, es importante enseñar a los propietarios a limpiar solo cuando sea necesario y a hacerlo de modo adecuado. Algunos autores recomiendan usar suero salino estéril para evitar reacciones por contacto, mientras que otros prefieren emplear productos con propiedades cerumenolíticas registrados para gatos.1,4

    El tratamiento específico de la otitis debe ir dirigido a la eliminación de la causa primaria y al control de los factores predisponentes y perpetuantes identificados en cada caso.

    • Para el tratamiento de las otoacariasis están disponibles diversos acaricidas, tanto para aplicación en el interior del oído (ivermectina o milbemicina) como de aplicación tópica, pero con acción sistémica (selamectina, imidacloprid/moxidectina, y más recientemente las isoxazolinas).4
    • En aquellos casos en los que la citología evidencia bacterias y/o levaduras, se indica tratamiento con antibióticos/antifúngicos. Algunos autores recomiendan evitar la administración tópica por el riesgo de reacciones por contacto, y prefieren tratamiento sistémico aún cuando no hubiera otitis media.1 Otros, sin embargo, entienden que es muy difícil tratar una otitis externa con éxito sin usar tratamiento tópico, y reservan la administración sistémica para cuando hay otitis medias.4
      • La mayoría de productos antifúngicos/antibacterianos tópicos incorporan también un glucocorticoide, lo cual resulta beneficioso para el control del proceso inflamatorio. En este sentido, se ha propuesto que la mometasona es el agente tópico con mayor efecto antiinflamatorio sin mostrar efectos sistémicos.4
    • En gatos con otitis proliferativa necrotizante, el tratamiento está basado en la administración tópica de tacrolimus o glucocorticoides tópicos o sistémicos. También se ha reportado que la ciclosporina podría ser eficaz.3-4 
    • Por último, el tratamiento quirúrgico estaría indicado en caso de otitis secundarias a masas neoplásicas o pólipos, y en otitis medias sin respuesta a tratamiento médico.

    Conclusiones

    Como en otras muchas enfermedades, existen importantes diferencias en la etiología, y por tanto en el manejo, de la otitis entre los gatos y los perros. Aunque muchos gatos con otitis externa tienen ácaros, siempre debemos hacer una exploración otoscópica adecuada y posterior examen microscópico del exudado ótico, tanto en fresco como tras tinción con Diff-Quick. En caso de falta de respuesta al tratamiento o recaída, no deberíamos considerar otra opción terapéutica, sino investigar posibles causas predisponentes/perpetuantes de la otitis.4,6

    Bibliografía
    1. Kennis RA. (2013). Feline otitis: diagnosis and treatment. Vet Clin North Am Small Anim Pract; 43: 51-56.
    2. Bollez A, de Rooster H, Furcas A, et al. (2018). Prevalence of external ear disorders in Belgian stray cats. J Feline Med Surg; 20: 149-154.
    3. Mauldin EA, Ness TA, Goldschmidt MH. (2007). Proliferative and necrotizing otitis externa in four cats. Vet Dermatol; 18: 370-377.
    4. Brame B, Cain C. (2021). Chronic otitis in cats: Clinical management of primary, predisposing and perpetuating factors. J Feline Med Surg; 23: 433-446.
    5. Perego R, Proverbio D, Bagnagatti De Giorgi G, et al. (2014). Prevalence of otitis externa in stray cats in northern Italy. J Feline Med Surg; 16: 483-490.
    6. Swales N, Foster A, Barnard N. (2018). Retrospective study of the presentation, diagnosis and management of 16 cats with otitis media not due to nasopharyngeal polyp. J Feline Med Surg; 20:1082-1086.

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