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    Vaginitis en perros: causas, diagnóstico y tratamiento

    La vaginitis en perros aparece en hembras enteras o esterilizadas de cualquier edad o raza y su principal manifestación es una secreción vaginal purulenta, mucoide o mucopurulenta.

    Introducción

    La vaginitis en perros es un problema relativamente común en hembras enteras o esterilizadas de cualquier edad o raza.1,2 Las perras suelen estar clínicamente sanas, pero presentan una secreción vaginal purulenta, mucoide o mucopurulenta, que rara vez contiene sangre. 1 Pueden manifestarse otros signos como lamido de la zona vulvar, polaquiuria y dermatitis perivulvar o vulvar.3

    Desde un punto de vista etiológico, se recomienda dividir los casos de vaginitis en función de la edad en el momento de la presentación y distinguir entre la vaginitis juvenil y la vaginitis de inicio en perras adultas.4

    Causas de vaginitis en perros

    La vaginitis juvenil es una afección que se presenta antes de la pubertad y que puede aparecer tan pronto como a los 2 o 3 meses de edad en forma de abundante secreción vaginal purulenta. Tras el primer celo, suele remitir de forma espontánea y, por ello, la mayor dificultad en su manejo es lograr convencer al dueño de que es normal y se resolverá con la aparición del primer estro.4.

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    La vaginitis en perras adultas puede sobrevenir por alteraciones estructurales, congénitas o adquiridas, o trastornos de las vías urinarias.1 Se han descrito diversas causas como dermatitis perivulvar extensa (asociada con pliegues vulvares redundantes), hiperplasia del clítoris, estenosis vestibulovaginal, cuerpos extraños vaginales, granuloma de muñón uterino, incontinencia urinaria, infección crónica de las vías urinarias (con uretritis, vestibulitis, vulvitis), neoplasias urogenitales o vaginitis por infección primaria.2,3

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    Diagnóstico

    El diagnóstico presuntivo se basa en una anamnesis completa y en los hallazgos de la exploración física, especialmente de los genitales. Se recomienda realizar, como pruebas básicas, hemograma, bioquímica sérica, análisis de orina (preferiblemente con la muestra obtenida por cistocentesis) y cultivo de orina.

    También está indicada la toma de hisopos vaginales para bacteriología y citología obtenidos, en caso de vaginitis juvenil, de la secreción en los labios vulvares o con hisopos anteriores en perras adultas.1 Las características citológicas ayudan a diferenciar la vaginitis en perros de otras causas de secreción vulvar, pues la citología exfoliativa vaginal es inflamatoria con una gran presencia de leucocitos polimorfonucleares.1

    La radiografía o, en especial, la ecografía del aparato urogenital pueden ayudar a identificar anomalías y a descartar diferenciales. Si la ecografía no revela alteraciones, debe considerarse la realización de una vaginoscopia con sedación o anestesia.3 Esta debe incluir visualización de vulva externa, vestíbulo, fosa clitorídea, papila uretral y/o vejiga urinaria/uretra, unión vestibulovaginal, vagina y cuello uterino caudal. Se debe determinar el aspecto de la mucosa a lo largo del tracto, la presencia de masas, cuerpos extraños y el origen de cualquier secreción.3

    Tratamiento

    En caso de identificar una causa específica de la vaginitis, la resolución suele ser bastante directa. La extracción de los cuerpos extraños2 o la corrección quirúrgica de las anomalías anatómicas son curativas.1 En caso de infección de las vías urinarias, instaurar un tratamiento adecuado contribuye a que la vaginitis remita. La cirugía y/o quimioterapia están indicadas cuando se detectan masas o neoplasias urogenitales.3

    Si no se identifican causas específicas para la secreción y la afección es, por lo tanto, primaria, el uso de antibióticos locales o desinfectantes leves suele ser eficaz.4 También se recomienda instaurar un tratamiento analgésico y antiinflamatorio en la mayoría de los casos, en especial con AINE en vez de corticoesteroides debido al mayor riesgo de infecciones de las vías urinarias asociados con los segundos.3 En perras ovariectomizadas, el uso de estrógenos orales o cremas de estrógenos ha demostrado ser útil.1,3

    En la vaginitis juvenil, el trastorno remite con la aparición del primer celo y el tratamiento con antibióticos no suele ser eficaz, a pesar de usar distintos antibióticos. En ciertas circunstancias los dueños instan al veterinario a aplicar un tratamiento a pesar de la recomendación de esperar al primer estro y, en esas situaciones, el lavado de la vagina con antibióticos hidrosolubles o un desinfectante muy diluido puede ser de ayuda.4

    Conclusión

    La vaginitis en perros se manifiesta en forma de secreción vaginal purulenta, mucoide o mucopurulenta en hembras enteras o esterilizadas de cualquier edad o raza. Puede estar causada por alteraciones estructurales, congénitas o adquiridas, o trastornos de las vías urinarias. En caso de identificar una causa específica, la resolución de la vaginitis requiere tratar el problema subyacente y, en caso de ser idiopática, el uso de antibióticos locales o desinfectantes leves suele ser eficaz. 

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    Bibliografía
    1. Johnson C.A. (1991). Diagnosis and Treatment of Chronic Vaginitis in the Bitch. Veterinary Clinics of North America: Small Animal Practice, 21(3):523-531.
    2. E.C. Snead, J.W. Pharr, B.P. Ringwood, J. Beckwith (2010). Long-Retained Vaginal Foreign Body Causing Chronic Vaginitis in a Bulldog. Journal of the American Animal Hospital Association; 46:56-60.
    3. Davidson A.P. (2017). Chapter 319: Reproductive Disorders in the Neutered Male or Female Dog. In: Textbook of Veterinary Internal Medicine: Diseases of the Dog and Cat, 8th ed., 4577-4585. St. Louis, Missouri: Elsevier.
    4. G.M. Simpson, G.C.W. England, M.J. Harvey (1998). BSAVA Manual of Canine and Feline Reproduction and Neonatology, 1st ed., 41-43. Gloucester, United Kingdom: British Small Animal Veterinary Association.