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    Osteoartrosis en perros y en gatos: tratamiento médico

    El tratamiento de la osteoartrosis es normalmente conservador y multimodal, combinando la mayoría de las veces, antiinflamatorios no esteroideos con manejo nutricional, control del peso y restricción del ejercicio.

    Introducción

    El manejo del sobrepeso, control del ejercicio y los complementos nutricionales son una parte muy importante para el manejo de este proceso degenerativo a largo plazo.

    Los medicamentos que más se utilizan y han demostrado ser más efectivos se pueden dividir en: modificadores de los signos clínicos o modificadores de la estructura. El objetivo de los primeros es, principalmente, tratar el dolor. Los modificadores estructurales, por otro lado, tratan de retrasar, detener o revertir los cambios patológicos sufridos en el tejido articular.

    Antiinflamatorios no esteroideos

    Este tipo de medicamentos engloba los medicamentos modificadores de los signos clínicos y son la clase más comúnmente utilizada en pacientes caninos. La variedad disponible de antiinflamatorios no esteroideos o AINEs en gatos es mucho menor que en la especie canina y deben ser utilizados de forma más cautelosa. [1] 

    La mayoría de los AINEs tienen como modo de acción inhibir la enzima ciclooxigenasa (COX), la cual se ha demostrado tener un gran papel en en el proceso de inflamación y la aparición de dolor en los pacientes con osteoartrosis. [1] COX está formada por dos isoenzimas, COX-1 y COX-2. La primera produce prostaglandinas esenciales para procesos fisiológicos básicos y pueden ser producidas tanto por células gastrointestinales como plaquetas, células del endotelio o células renales. Por lo tanto, su inhibición puede llevar a alteraciones en cualquier de los sistemas implicados. Por otro lado, COX-2 está considerada una enzima “inducible”, cuya producción experimenta una sobre-expresión en presencia de inflamación. Se ha determinado que la expresión de COX-2 en líquido sinovial y en hueso subcondral de perros con osteoartritis es superior comparado con perros sanos. [2] Sin embargo, también se conoce su efecto citoprotector de la mucosa gastrointestinal y su presencia en riñones y cerebro. De esta manera, la investigación para controlar el dolor en perros osteoartríticos se ha centrado en encontrar fármacos cuyo efecto inhiba lo máximo posible COX-2, afectando lo mínimo posible COX-1. Esta situación permite dar un efecto analgésico sin las consecuencias gastrointestinales y renales conocidas por todos, causadas por la inhibición de COX-1. [1] 

    Los efectos secundarios de los AINEs no se conocen con exactitud. Sin embargo, algunos estudios han afirmado que los signos clínicos más comunes causados por su el uso de estos fármacos son inapetencia, vómitos y diarrea. Desafortunadamente, se desconoce la incidencia real en perros tratados con este tipo de antiinflamatorios. [1] En el caso de algunos  AINEs selectivos de COX-1 pueden alterar la síntesis de tromboxano y consecuentemente la actividad plaquetaria. COX-2 media la prostaciclina, prostaglandina inhibitoria de la formación de trombosis vasculares, proceso que se puede ver afectado por la administración de AINEs selectivos de COX-2. Finalmente, COX-1 y COX-2 tienen un rol importante en el flujo sanguíneo y el transporte de iones en las nefronas. Esta implicación en la funcionalidad renal se convierte en muy relevante en pacientes con factores predisponentes como: cardiópatas, con enfermedades renales o hepáticas previas, pacientes geriátricos y pacientes en estado hipovolémico. [1] La administración de AINEs en todos estos casos debe ser muy cautelosa y totalmente justificada.

    AINEs más comúnmente utilizados y sus dosis recomendadas [3]:

    • Carprofeno:
      • En perros: 4mg/kg cada 24 horas intravenoso (IV) o subcutáneo (SC) o de forma oral hasta 7 días y luego según respuesta clínica se puede reducir a 2mg/kg/día.
      • En gatos: 4mg/kg como dosis única de forma peri-operatoria (IV o SC).
    • Meloxicam:
      • En perros: 0.2mg/kg SC o vía oral (VO) como dosis única o inicial. Puede ser administrado a largo plazo a 0.1mg/kg cada 24 horas VO.
      • Para el tratamiento de dolor crónico en gatos se recomienda una dosis inicial de 0.1mg/kg VO, continuando a 0.05mg/kg/día VO como dosis de mantenimiento.
    • Firocoxib:
    • Robenacoxib:

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    Otros analgésicos

    • Amantadina:​ se trata de un receptor antagonista de N-Metil-D-Aspartato (NMDA). Los receptores NMDA se han relacionado con la sensación de dolor prolongado causado por una inflamación, calificado como dolor neuropático. [1] Usado de forma conjunta con meloxicam, se ha observado en tener mjores resultados que utilizando meloxicam como único fármaco para el tratamiento de la osteoartritis en perros. [4] Dosis recomendada [3]:
      • En perros: 3-5mg/kg VO cada 24 horas.
      • En gatos: 1-4mg/kg VO cada 24 horas (no existen publicaciones que corroboren estas dosis).
    • Gabapentina: se considera un análogo del acido gamma-aminobutirico (GABA) que ha dado buenos resultados en medicina humana para el tratamiento del denominado dolor neuropático. [1] Su exacto mecanismo de acción es desconocido pero parece tener relación con los canales de calcio tipo N. La gabapentina se excreta por los riñones por lo que en pacientes con patología renal su dosis se debería reducir o minimizar la frecuencia de administración. Dosis recomendada [3]: 
      • En perros: 10-20mg/kg VO cada 6-8 horas (se recomienda un incremento gradual. Dosis-efecto).
      • En gatos: 5-10mg/kg VO cada 8-12 horas (se recomienda un incremento gradual. Dosis-efecto).
    • Acetaminofeno: el paracetamol o también conocido como acetaminofeno se trata de un analgésico de actuación central. El mecanismo de acción no se conoce con exactitud. Se considera un fármaco muy seguro, en un estudio publicado se administraron dosis de hasta 100mg/kg sin observación de signos adversos. [5] Dosis recomendada [3]: 
      • En perros: 10-20mg/kg IV o VO cada 8-12 horas.
      • En gatos: no debe ser utilizado en ninguna circunstancia. Altamente tóxico.
    • Codeína: también denominado metilmorfina es un alcaloide natural encontrado en la planta opio y se considera un profármaco. Su metabolismo in vivo produce morfina en un 5-10%. No se conoce su efecto como único fármaco no se ha estudiado en perros y gatos pero sí en combinación con paracetamol con resultados prometedores. Dosis recomendada [3]: 
      • En perros: 1-2mg/kg VO cada 6-12 horas.
      • En gatos: 0.5-2mg/kg VO cada 6-8 horas.
    • Corticos: su uso se considera controvertido. Su efecto antiinflamatorio es evidente pero de poca duración y su uso a largo plazo no se recomienda. La inyección intra-articular a modo de rescate se puede considerar si los efectos adversos y complicaciones son justificables.

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    Conclusiones

    Existen muchas opciones farmacológicas en la actualidad y la responsabilidad del veterinario debe ser valorar cada paciente independientemente para decidir cuál es el tratamiento ideal para cada uno. Es necesario recordar que el tratamiento de la osteoartritis en pacientes caninos y felinos debe ser multimodal, el tratamiento farmacológico debería ir siempre acompañado de una dietaun dieta equilibrada, suplementación nutricional y control del ejercicio.

    La osteoartritis más que una enfermedad es un proceso degenerativo y la medicación utilizada deberá ser reevaluada periódicamente. Especialmente en los casos de tratamientos de larga duración, en pacientes con patologías concomitantes o de edad avanzada. La comunicación con el propietario es esencial para conseguir la mayor calidad de vida posible durante el mayor tiempo posible.

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    Bibliografia:

    [1] K. M. Tobias y S. A. Johnson, Veterinary Surgery: Small Animal, Elsevier, 2018.
    [2] B. D. X. Lascelles, S. King, S. Roe, D. J. Marcellin-Little y S. Jones, «Expression and Activity of COX-1 and 2 and 5-LOX in joint tissues from dogs with naturally occurring coxofemoral joint osteoarthritis,» Journal of Orthopaedic Research, vol. 27, nº 9, pp. 1204-1208, 2009.
    [3] BSAVA, Small Animal Formulary, British Small Animal Veterynary Association, 2020.
    [4] B. Lascelles, J. Gaynor, E. Smith, S. Roe, D. Marcellin-Little, G. Davidson, E. Boland y J. Carr, «Amantadine in a multimodal analgesic regimen for alleviation of refractory osteoartritis pain in dogs,» Journal of Veterinary Medicine, vol. 22, nº 1, pp. 53-59, 2008.
    [5] M. Savides, F. Oehme, S. Nash y H. Leipold, «The toxicity and biotransformation of single doses of acetaminophen in dogs and cats,» Toxicology and applied pharmacology, vol. 74, pp. 26-34, 1984.