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    Rotura de ligamento cruzado en perros y sinovitis linfoplasmocitaria

    La rotura del ligamento cruzado anterior o craneal es una de las patologías de la rodilla canina más frecuentes. Constituye la principal causa de cojera en perros.

    Existen múltiples mecanismos que producen la rotura ligamentosa, a destacar factores anatómicos (las razas actuales de perros presentan un ángulo formado al trazar una línea por el eje de la tibia y otra por el fémur de 160º, cuando en las razas tradicionales es de 135º, este cambio en la angulación produce anatómicamente una pata más recta, lo cual sobrecarga el ligamento cruzado craneal).

    No obstante la anatomía no es la única causa. Existen mecanismos inmunopatológicos humorales y celulares que desempeñan un papel en la rotura ligamento cruzado craneal, aunque si estos procesos inmunes preceden o son resultado de la ruptura ligamentosa sigue siendo un aspecto controvertido. La sinovitis linfoplasmocitaria es una artropatía de base inmunitaria que afecta a la articulación de la rodilla, normalmente de manera bilateral y que suele originar una laxitud e inestabilidad articular a menudo manifestada como un fallo en el ligamento cruzado craneal. El examen citológico del líquido sinovial es comúnmente utilizado como ayuda en el diagnóstico de enfermedad articular en perros. Sin embargo, se desconoce con certeza si los resultados del examen citológico reflejan con precisión los cambios histológicos en la articulación de la rodilla con rotura de ligamento cruzado, por lo que las decisiones clínicas realizadas exclusivamente sobre la base de los resultados citológicos pueden conducir hacia un tratamiento inadecuado o subóptimo.

    Un estudio realizado por Erne et al1 investigó sobre si la detección de sinovitis linfoplasmocitaria en perros con rotura de ligamento cruzado espontánea respalda la teoría de que la inmunidad celular contribuye a la rotura ligamentosa en perros. Los objetivos del estudio reportado fueron determinar la predisposición de la sinovitis linfoplasmocítica en perros que presentaban rotura del ligamento cruzado craneal espontánea y comparar los hallazgos clínicos, radiográficos, citológicos e histológicos en perros con y sin sinovitis. Para ello se utilizaron exámenes histológicos de muestras de biopsias sinoviales obtenidas en el momento del tratamiento quirúrgico a 110 perros con rotura espontánea del ligamento cruzado craneal con el propósito de identificar aquellos perros con sinovitis linfoplasmocitaria. Se compararon los hallazgos clínicos, radiográficos, citológicos e histológicos en perros con y sin sinovitis.

     

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    Los resultados obtenidos mostraron que el 51% de los perros incluidos en el ensayo tenían evidencias histológicas de sinovitis linfoplasmocitaria, sin evidenciarse diferencias estadísticamente significativas en la edad, el peso corporal, la duración de la cojera, la severidad de la cojera, la severidad de los signos radiográficos de enfermedad degenerativa articular, extensión de la rotura del ligamento cruzado craneal (parcial vs completa) o la apariencia macroscópica del menisco medial entre perros con o sin sinovitis linfoplasmocitaria. El ángulo medio de la meseta tibial fue significativamente inferior en perros con sinovitis linfoplasmocitaria que en los perros sin sinovitis. Los perros con sinovitis tenían una probabilidad significativamente más alta de tener neutrofilia en su fluido sinovial. Únicamente en un perro con sinovitis linfoplasmocitaria se identificaron linfocitos en su líquido sinovial.

    Así pues los resultados sugirieron que pese a que la sinovitis linfoplasmocitaria fue común en perros con una rotura del ligamento cruzado craneal, únicamente se identificaron pequeñas diferencias sin relevancia estadística a nivel clínico, radiográfico, citológico e histológico entre perros con o sin sinovitis linfoplasmocitaria.

    Sin embargo no solo factores mecánicos o histológicos intervienen en el pronóstico de recuperación tras la rotura del ligamento cruzado craneal. Resulta fundamental asegurar el adecuado aporte nutricional de proteoglicanos, ácido hialurónico, ácidos grasos esenciales y vitaminas (vitamina K2) los cuales contribuyen al adecuado metabolismo regenerativo así como al mantenimiento del estado inmune del perro, contribuyendo a su rehabilitación tras la cirugía de rodilla. Como por ejemplo la dieta Advance Articular Reduced Calorie, que asegura el aporte nutricional junto con un adecuado control de aporte calórico para el perro.

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    Puedes recuperar las charlas del Dr. José Luis Puchol y el Dr. Jordi Cairó en las que expusieron, de forma individual y conjuntamente al final de la sesión, las divergencias de la rodilla canina que se han encontrado en su práctica clínica diaria.

    1. Erne J, Goring R, Kennedy F, Schoenborn W. Prevalence of lymphoplasmacytic synovitis in dogs with naturally occurring cranial cruciate ligament rupture. Journal of the American Veterinary Medical Association. 2009;235(4):386-390.
     

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