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    Hipertensión Sistémica

    ETIOLOGÍA:

    Hipertensión primaria espontánea: Descrita durante los últimos años y en aumento en el perro y el gato desde que existen posibilidades técnicas de determinarla.

    Hipertensión secundaria: La mayoría de casos de hipertensión en el perro y el gato están asociados a una de las siguientes enfermedades: hiperadrenocorticismo, enfermedades glomerulares, otras enfermedades renales, feocromocitoma e hipertiroidismo felino.

    PRONÓSTICO: El pronóstico depende de la enfermedad primaria que provoque la hipertensión pero se puede controlar con los fármacos hipertensivos.

    SÍNTOMAS:

    En perros: ceguera, pérdida de visión por hemorragia retinal o desprendimiento, hifema, glaucoma, PU/PD, vómitos y anorexia, soplo cardíaco por hipertrofia ventricular e insuficiencia mitral y epistaxis. Signos neurológicos (convulsiones, síncopes).

    En gatos: ceguera, pérdida de visión, PU/PD, adelgazamiento, signos neurológicos, disnea y epistaxis.

    TRATAMIENTO: Restricción de sodio en la dieta, reducción de peso y tratamiento de la enfermedad primaria. Monitorización de la presión arterial si se puede realizar. Si persiste, iniciar tratamiento hipertensivo. La elección del tratamiento más adecuado debe realizarse en función de la hidratación, constantes vitales, enfermedad primaria y funcionalidad renal. Normalmente el tratamiento farmacológico se basa fundamentalmente en los vasodilatadores y en menor grado también se usan beta-bloqueantes y diuréticos. En perro la mayoría de casos pueden maejarse con el uso de enalaprilo o benaceprilo mientras que en gato debe usarse el besilato de amlodipina (0.625 - 1.25 mg/gato/24 h)