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    Diarrea amarilla en perros con insuficiencia pancreática exocrina

    La diarrea amarilla, olorosa, de gran volumen y con presencia de esteatorrea en perros es uno de los signos clínicos  de la insuficiencia pancreática exocrina. Analizamos la eficacia de los principales tratamientos disponibles.

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    Diarrea amarilla en perros

    La insuficiencia pancreática exocrina es una enfermedad caracterizada por una maldigestión y malabsorción debido al fallo en la secreción de las enzimas pancreáticas y otras sustancias imprescindibles para facilitar la absorción de los nutrientes. Este problema puede estar provocado por una pancreatitis crónica, una hipoplasia pancreática, una neoplasia pancreática o una atrofia acinar pancreática, que suele ser la causa más común.

    Con respecto a los factores de riesgo de esta enfermedad, se han realizado diversos estudios sobre la predisposición racial al desarrollo de esta enfermedad, así como su asociación a la edad y al sexo. En los estudios realizados en Europa y América se ha encontrado una predisposición a esta patología en las siguientes razas: Cavalier King Charles Spaniel, Chow Chow , Cocker Spaniel, Pastor Alemán, Border collies y West Highland terriers. Hay una mayor prevalencia en hembras y la edad media de presentación es a los 3 años de edad.

    La diarrea amarilla en perros es uno de los signos clínicos más comunes de la insuficiencia pancreática exocrina. Las heces suelen ser más voluminosas y con una consistencia pastosa. También se aprecia un apetito insaciable, pero a pesar de ello se produce una pérdida de peso.

    La insuficiencia pancreática exocrina también afecta el pelaje, que pierde brillo y fuerza. Se acompaña además de depleción muscular pronunciada, borborigmos intestinales, flatulencia y seborrea seca. Cuando la insuficiencia pancreática cursa con diabetes mellitus, se aprecia poliuria y polidipsia. Los perros también suelen mostrarse más nerviosos y agresivos, probablemente debido al malestar abdominal.

    diarrea amarilla en perros

    Tratamiento de la insuficiencia pancreática exocrina

    El objetivo del tratamiento es reemplazar la actividad enzimática pancreática para revertir el desequilibrio nutricional. Para lograrlo, se suelen administrar suplementos enzimáticos en las comidas.

    Según un estudio presentado en el  World Small Animal Veterinary Association World Congress Proceedings1, las mayores concentraciones de enzimas en el duodeno se alcanzan con los suplementos sin cubierta entérica. Los suplementos con recubrimiento entérico tienen una acción más limitada en perros debido al retraso en el vaciamiento gástrico y al hecho de que el pH del duodeno no es lo suficientemente alcalino como para disolver la cubierta2.

    Precisamente, una investigación transversal realizada por Wiberg ME et al.3 analizó la respuesta al tratamiento de reemplazo enzimático a largo plazo en 76 perros pastor alemán y collies con insuficiencia pancreática exocrina y 145 perros saludables de las mismas razas.

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    Los perros enfermos recibieron suplementos de enzimas dietéticas durante al menos 4 meses. Los investigadores constataron que los síntomas gastrointestinales típicos de la insuficiencia pancreática exocrina se controlaron casi por completo en la mitad de los perros enfermos. No obstante, una quinta parte de los perros mostró una respuesta deficiente al tratamiento.

    La diarrea amarilla, el elevado volumen fecal y la flatulencia fueron los síntomas gastrointestinales más persistentes. Los problemas dermatológicos también persistieron en un buen número de casos, sobre todo en los perros pastor alemán. Los investigadores concluyeron que los suplementos enzimáticos no recubiertos, la enzima en polvo y el páncreas crudo picado fueron igualmente efectivos para controlar los signos clínicos, ya que la respuesta de los perros a los diferentes tratamientos varía considerablemente.

    Se debe considerar que, en algunos casos, es posible que la funcionalidad digestiva no se normalice ni siquiera con los suplementos enzimáticos debido a que los ácidos gástricos los destruyen. Por eso se debe valorar el uso de antagonistas H2 para inhibir la producción del ácido gástrico, especialmente en los casos resistentes al tratamiento.

    Lo habitual es mantener el tratamiento con enzimas pancreáticas de por vida, aunque en la mayoría de los perros la dosis inicial se puede reducir entre un 6 y 58%, según un estudio publicado en la Journal of Small Animal Practice4.

    La deficiencia de cobalamina es común en perros con insuficiencia pancreática exocrina debido a su uso incrementado por parte de bacterias comensales intestinales y debido a la falta de factor intrínseco pancreático, que juega un rol importante en la absorción de la cobalamina. Hasta un 82% de los perros con EPI sufre un déficit de cobalamina. Por esta razón es importante monitorizar este parámetro en los perros con sospecha de insuficiencia pancreática exocrina y que no responden adecuadamente a la suplementación enzimática. La cobalamina se administra por vía subcutánea y la dosis usada es entre 250 a 1000 µg una vez a la semana dependiendo del tamaño del animal. El tratamiento se debe repetir en función a los niveles de cobalamina sérica. 

    También puede ser útil modificar la alimentación. Una dieta de fácil digestión, baja en fibra, moderada en grasa y rica en proteínas de calidad puede aliviar síntomas como la flatulencia y los borborigmos, disminuyendo el volumen fecal y la frecuencia de las deposiciones. Descubre la dieta Gastroenteric de Advance Veterinary Diets como complemento al tratamiento de la insuficiencia pancreática exocrina.

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    Bibliografía

    1. Hall E. J. (2003). Exocrine pancreatic insufficiency. En: World Small Animal Veterinary Association World Congress Proceedings.
    2. Guarín, C. & Sánchez, F. R. (2013) Insuficiencia pancreática exocrina (IPE) en canina. Revista Logos, Ciencia y Tecnología; 5(1): 84-96.
    3. Wiberg, M. E. et. Al. (1998) Response to long-term enzyme replacement treatment in dogs with exocrine pancreatic insufficiency. J Am Vet Med Assoc; 213(1):86-90.
    4. Simpson, J. et. Al. (1994) Long term management of canine exocrine pancreatic insufficiency. J Small Anim Pract; 35: 133-138.
    5. Bonagura, J., & Twedt, D. (2014). Kirk's current veterinary therapy (p. 531). St. Louis, Mo.: Elsevier/Saunders.