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    Disnea en perros: causas más frecuentes

    Ante la presencia de un cuadro de disnea en perros resulta fundamental establecer la causa de la misma.

    Introducción

    La disnea se ha definido como una respiración laboriosa o difícil,1,2 El espectro de severidad en la presentación clínica de un paciente disneico es muy variable. En casos leves el patrón respiratorio puede ser casi normal, mientras que los pacientes que están realmente graves presentan un marcado compromiso de la función respiratoria que puede terminar en parada respiratoria y muerte del paciente.2,3

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    Aunque la mayoría de pacientes disneicos pueden inicialmente beneficiarse de determinadas medidas terapéuticas (como la administración de oxígeno), el manejo definitivo de los cuadros de disnea en perros dependerá de la causa subyacente, existiendo importantes diferencias en el tratamiento en función de ello:

    • Así, por ejemplo, en perros braquicéfalos con disnea secundaria a un síndrome respiratorio obstructivo o en animales con determinadas enfermedades pleurales, el manejo definitivo será en muchas ocasiones quirúrgico.
    • Por el contrario, pacientes con disnea secundaria a insuficiencia cardiaca congestiva, recibirán tratamiento.2

    Por lo tanto, para un manejo adecuado es necesario establecer la causa de la disnea. En este sentido, el reconocimiento del patrón respiratorio que presenta el paciente y una adecuada auscultación cardiopulmonar pueden ser de ayuda para establecer los principales diferenciales y objetivar las pruebas diagnósticas a realizar. En cualquier caso, la prioridad antes de plantear la realización de las diversas pruebas diagnósticas debe ser siempre valorar la condición clínica del paciente y proceder a su estabilización.

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    Causas de disnea en perros

    Las causas de disnea en perro incluyen:

    • Problemas relacionados con la vía aérea superior (síndrome braquiocefálico, colapso de tráquea, parálisis laríngea).
    • Problemas de la vía aérea inferior (bronquitis).
    • Enfermedades del parénquima pulmonar (edema cardiogénico/no cardiogénico, neumonía, contusión pulmonar).
    • Tromboembolismo pulmonar.
    • Enfermedades del espacio pleural (efusiones, masas mediastínicas, neumotórax).
    • Afecciones de la pared torácica.3

    Los autores de un estudio retrospectivo en el que se incluyeron 229 animales concluyeron que las causas más frecuentes de disnea en perros eran las enfermedades de la vía aérea superior e inferior, seguidas de las enfermedades pleurales, y por último las cardiacas. En perros jóvenes predominan las enfermedades obstructivas del tracto respiratorio superior y las enfermedades pleurales de origen traumático, mientras que en perros geriátricos es mucho más frecuente la disnea de origen cardiaco o secundaria a enfermedad del tracto respiratorio inferior.2

    Establecimiento del origen de la disnea

    Aunque pueda parecer obvio, un aspecto importante en la evaluación de un perro que se presenta a consulta por presencia de disnea es verificar que ésta realmente existe. La disnea en perros puede ir asociada a taquipnea (incremento de la frecuencia respiratoria) y en ocasiones esta situación puede confundirse (sobre todo por parte de los propietarios) con el jadeo, situación en la cual la respiración es rápida como consecuencia de la activación de mecanismos termorreguladores, ansiedad o dolor, pero en la que la capacidad de oxigenación del animal no se ve comprometida.1

    Para intentar establecer el origen de la disnea en el perro, es crítico reconocer el patrón respiratorio que presenta el animal y evaluar las características de los sonidos respiratorios.

    • Los perros con enfermedad obstructiva de las vías aéreas superiores (excepto en caso de colapso traqueal intratorácico o colapso bronquial) suelen presentar disnea inspiratoria (marcado esfuerzo durante la fase inspiratoria del ciclo respiratorio, cuya duración es sensiblemente mayor que la de la fase espiratoria). Además, puede haber presencia de estertores, estridores, así como sensación de ahogo, náuseas y tos tipo “graznido”.1,3,4
    • En caso de enfermedad de la vía aérea inferior suele haber disnea espiratoria (inspiración más corta que la espiración, que resulta dificultosa y que puede incluir refuerzo abdominal). A la auscultación pueden detectarse aumento de los sonidos broncovesiculares, sibilancias y crepitaciones.1,3  
    • Los pacientes con enfermedad del parénquima pulmonar suelen presentar disnea mixta o espiratoria, aunque puede verse un patrón restrictivo en casos en los que la enfermedad subyacente dificulte la expansión del pulmón. Igualmente puede haber sibilancias y crepitaciones y estar aumentados los sonidos broncovesiculares. Aunque no siempre es así, la auscultación de un soplo cardiaco en este tipo de pacientes debe inducir sospecha de posible edema pulmonar cardiogénico.1,3
    • En casos de disnea secundaria a enfermedad de la pleura predomina un patrón restrictivo, debido a la incapacidad de los pulmones para poder expandirse. Al mismo tiempo, los sonidos pulmonares suelen estar atenuados dorsal o ventralmente en caso de neumotórax o efusión, respectivamente. 1,3,4
    • Por último, los animales con lesión de la pared torácica tienden a hipoventilar y pueden mostrar un distress respiratorio importante junto a una reducción del movimiento de la pared torácica. Estos pacientes no responden bien a la suplementación con oxígeno porque el problema primario no es la oxigenación, si no una ventilación deficiente. Por ello, en estos casos se requiere ventilación mecánica.1,3

    Conclusiones

    Aunque no siempre es así, la presencia de disnea en perros puede representar una urgencia vital. En estos casos es crítico estabilizar al animal antes de la realización de las pruebas diagnósticas pertinentes. En opinión del autor, al mismo tiempo que se estabiliza el paciente es fundamental dedicar unos segundos a valorar el tipo de patrón respiratorio que presenta el paciente. Esto nos puede ayudar a localizar el origen de la lesión, evitando pruebas innecesarias y mejorando la eficacia de nuestro tratamiento, lo que puede incluso ser determinante en la evolución del caso.

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    Bibliografía
    1.  O’Sulivan ML. (2017). Tachypnea, Dyspnea and Respiratory Distress. En Ettinger SP, Feldman EC, Cote E. (eds). Textbook of Veterinary Internal Medicine. 8th ed. Elsevier: 518-522. 
    2.     Fonfara S, de la Heras Alegret L, German J, et al. (2011). Underlying diseases in dogs referred to a veterinary teaching hospital because of dyspnea: 229 cases (2003-2007). J Am Vet Med Assoc; 239:1219-1224.
    3.     Tong CW, Gonzalez AL. (2020). Respiratory emergencies. Vet Clin North Am Small Anim Pract. 2020; 50:1237-1259.
    4.     Sigrist NE, Adamik KN, Doherr MG, et al. (2011). Evaluation of respiratory parameters at presentation as clinical indicators of the respiratory localization in dogs and cats with respiratory distress. J Vet Emerg Crit Care (San Antonio); 21:13-23.