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    Gestión financiera del centro: ¿cuánto me puedo endeudar?

    Si has decidido abrir tu propia clínica veterinaria, bien desde cero bien haciéndote con un traspaso o una venta, necesitarás hacer una provisión de fondos que te permita comenzar tu negocio sin asfixiar su actividad económica. Lo mismo ocurre si quieres comprar a tus socios su parte del negocio o llevar a cabo cualquier inversión importante. Tendrás que planificar la gestión financiera de tu centro, es decir, de dónde vas a obtener los recursos necesarios y cómo vas a hacer frente a las deudas que te generen.

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    Estructura de las fuentes de financiación: el pasivo

    La clínica veterinaria requiere de financiación para disponer de los recursos (instalaciones, equipamientos, personas) que necesita para su actividad diaria, lo que contablemente denominamos pasivo. Esta financiación puede ser de dos tipos.

    Financiación externa

    La financiación externa es la que te facilitan terceros, ajenos a tu centro veterinario. Constituye una serie de obligaciones futuras de pago para la clínica. En función de cuándo será necesario hacer frente a esas deudas, se distingue entre:

    • Pasivo circulante: estas fuentes de financiación vencen en menos de un año. Algunos ejemplos típicos son los proveedores (laboratorios o distribuidores veterinarios que venden a la clínica y te permiten pagar de manera aplazada), las administraciones públicas (a las que se suele pagar de manera aplazada los impuestos o cotizaciones laborales) y las entidades bancarias (con sus pólizas de crédito o de descuento bancario).
    • Pasivo a largo plazo: vence a más de un año. Ejemplos típicos serían los créditos hipotecarios (para la adquisición de un local) o los créditos a varios años para financiar la adquisición de maquinaria.

    Recursos propios

    Los recursos propios también son de dos tipos:

    • Capital inicial y aportaciones posteriores de capital de los socios de la clínica. Estos recursos no hay que devolverlos, sólo se reparten entre los socios en el caso de que se disuelva la sociedad.
    • Recursos generados por la actividad empresarial que se reinvierten en la empresa. La clínica debería producir beneficios durante sus años de actividad; si se reinvierten en el negocio, pasan a formar parte de los recursos propios.

    ¿Cuánto me puedo endeudar? Apalancamiento financiero y ratios de solvencia para una correcta gestión financiera

    Para que cualquier empresa tenga viabilidad a medio y largo plazo, las fuentes de financiación han de estar equilibradas, debe haber una parte de recursos ajenos y otra de recursos propios de forma que sea posible aprovechar las oportunidades de mercado sin correr un riesgo financiero demasiado elevado.

    Hay dos conceptos que nos dan una idea muy exacta de la salud financiera de un negocio:

    • Apalancamiento financiero: es el resultado de dividir los activos totales del negocio entre los fondos propios. Se trata de una medida del riesgo que nos dice hasta qué punto la clínica financia sus inversiones a base de recursos ajenos (deuda) o de recursos propios (capital). Si la clínica aumenta su nivel de endeudamiento (aumenta su apalancamiento financiero), será más rentable para su propietario. Pero si el endeudamiento rebasa un límite razonable aumentará notablemente el riesgo de insolvencia en caso de que las ventas disminuyan.
    • Ratios de solvencia: muestran la capacidad de la clínica para hacer frente a sus obligaciones económicas a largo plazo.
      • Coeficiente de solvencia (recursos propios/recursos ajenos), compara el tamaño de los recursos propios de la clínica con los recursos aportados por terceros.
      • Ratio de capacidad de repago de cargas financieras (EBITDA*/intereses), compara el cash flow generado por la actividad regular de la empresa -el EBITDA- con el tamaño de los pagos por intereses.

    Es complicado dar una cifra concreta recomendable de estos parámetros para una correcta gestión financiera de cada negocio, ya que el punto óptimo depende de su estructura, funcionamiento, etc. Además, una medición puntual nos aporta poca información; lo interesante es monitorizarlos a lo largo del tiempo, de manera que si detectamos un aumento del apalancamiento o un descenso de los ratios de solvencia podamos determinar cuál ha sido la causa y pongamos en marcha medidas para evitar que se sigan desviando de nuestro punto ideal.

    *EBITDA: Beneficio antes de amortizaciones, intereses e impuestos

    Texto original:
    PERE MERCADER, DVM MBA
    @pmercadervms

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