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    Leishmaniosis canina tratamiento: update farmacológico y nutricional

    La leishmaniosis se considera endémica en toda la zona del mediterráneo, y el perro el principal reservorio de la enfermedad.

    Generalmente, la leishmaniosis canina se transmite mediante un vector, el insecto del género Phlebotomus, que inyecta el parásito de la Leishmania infantum al picar al perro.

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    Leishmania infantum es un protozoo intracelular obligado, que vive y se reproduce en los diferentes órganos, provocando una afectación sistémica y un deterioro progresivo del animal.

    • La leishmaniosis se considera endémica en toda la zona del mediterráneo, y el perro es el principal reservorio de la enfermedad.
    • Generalmente, la leishmaniosis canina se transmite mediante un vector, el insecto del género Phlebotomus, que inyecta el parásito de la Leishmania infantum al picar al perro.
    • Leishmania infantum es un protozoo intracelular obligado, que vive y se reproduce en los diferentes órganos, provocando una afectación sistémica y un deterioro progresivo del animal.

    Leishmaniosis canina tratamiento farmacológico y necesidades nutricionales

    El tratamiento de la leishmaniosis canina actualmente consiste de:

    - Antimoniato de meglumina (Glucantime) 75-100 mg/Kg una vez al día o 40-75 mg/Kg dos veces al día. Se administra durante 4 semanas, pero puede prolongarse 2-3 semanas más si la mejora no es completa en las 4 primeras semanas.

    - Allopurinol 10 mg/Kg vía oral dos veces al día 6-12 meses (podría alargarse más).

    Se ha visto que el acompañamiento del tratamiento leishmania farmacológico con una dieta adaptada a las necesidades de estos perros mejora el progreso del animal. Concretamente estudiaron los efectos de una dieta con las siguientes características:

    • Elevado contenido de antioxidantes como estimulante inmunitario.
    • Niveles de proteína adecuados para animales adultos de elevado valor biológico, para ayudar a la recuperación de masa muscular minimizando los efectos negativos a nivel renal.
    • Alta digestibilidad y palatabilidad para ayudar a la recuperación de peso.
    • Reducido contenido en bases púricas para prevenir la formación de cálculos de xantina, como efecto secundario del tratamiento leishmania canina con allopurinol.

    leishmaniosis canina

    Signos clínicos de la leishmaniosis canina: las lesiones cutáneas

    La afectación de la leishmania es a nivel sistémico o visceral afectando a varios órganos y sistemas, por lo que debería incluirse en la mayoría de diagnósticos diferenciales. La mayoría de los perros (un 80%) desarrollan signos dermatológicos, siendo estos los más frecuentes en ser diagnosticados. Además la mayoría de ellos desarrollan también síntomas generales inespecíficos, como  la apatía, fiebre y atrofia muscular, entre otros. Más adelante la afectación puede evolucionar, y aparecer también problemas derivados de la afectación general de varios órganos, como epistaxis, problemas renales, hepatomegalia, etc.

    Podríamos resumir que hay dos tipos de signos y síntomas clínicos:

    • En los lugares donde se multiplica el parásito: inflamación granulomatosa no supurativa localizada.
    • Distintas localizaciones anatómicas: por depósito de inmunocomplejos.

    ¿Por qué hay perros infectados de leishmaniosis que no muestran signos clínicos?

    Los perros muestran diferentes manifestaciones a la infección por leishmania,  algunos de ellos presentan síntomas clínicos muy evidentes, en otros, en cambio, no se observan manifestaciones clínicas. Se ha visto que estos fenotipos son reflejo de la respuesta del sistema inmunitario del animal, y que de ella dependerá la progresión de la infección y la respuesta al tratamiento de la leishmaniosis canina:

    • Perros infectados con signos clínicos: respuesta inmunológica humoral, no protectora, que es incapaz de controlar la infección (Th2).
    • Perros infectados sin signos clínicos: respuesta celular y protectora (Th1).

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    Por lo tanto, la comprobación del sistema inmune en cada perro puede ser importante en la valoración de la respuesta al tratamiento de la leishmaniosis canina. Existen varias pruebas para caracterizar el perfil inmunológico de los perros con Leishmania. Una publicación del Dr. Lluís Ferrer y cols concluye que los mejores test para esta evaluación serían una combinación de la serología (detección de anticuerpos antileishmania IgG1, IgG2 y IgGs totales), el test de hipersensibilidad cutánea retardada (DHT) y la medición de citoquinas (gamma-interferón, factor de necrosis tumoral) después de la estimulación con antígeno leishmania.

    Con ello podemos clasificar a los perros que viven en áreas endémicas en 4 grupos:

    1. Perros sanos y no infectados
    2. Perros infectados pero resistentes (respuesta Th1)
    3. Perros con leishmaniosis patente (respuesta Th2)
    4. Perros infectados con una respuesta Th2 que van a desarrollar la enfermedad.

    Leishmaniosis canina