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El bienestar de los gatos es su salud


El bienestar de los gatos es su salud

¿Cuáles son las condiciones de bienestar para un gato? Es sencillo, tiene que estar bien nutrido, no sentir malestares causados por un hábitat inadecuado, ha de sentirse libre para expresar los instintos naturales de su especie y no debe sentir ningún tipo de miedo o estrés. Tu mascota, además, quizás añadiría que ¡también quiere su ración diaria de mimos y carantoñas y, por supuesto, una sesión de juegos para ejercitar sus habilidades! No lo dudes, le encanta ser el centro de tu atención aunque también reclame su privacidad buscando sus momentos de soledad.

Tu gato necesita un espacio propio, un lugar al que pueda retirarse. Una manta o una colchoneta en un lugar tranquilo de la casa, que esté aseado y bien ventilado le sirven a la perfección. Poco a poco busca sus propios lugares, sus escondites particulares a los que se retirará cuando quiera huir del “mundanal ruido”.

Apreciará contar con un pequeño habitáculo a su disposición donde pueda encontrar su bandeja de arena. Es importante que ésta no coincida en el espacio con sus cuencos de comida y agua. Los gatos suelen ser exigentes en este aspecto.

En su cuenco nunca debe faltar comida. Un gato puede llegar a hacer 16 pequeñas ingestas entre el día y la noche. Esto no suele suponer ningún inconveniente ya que se autorregulan, por norma general, bastante bien. Sin embargo, para más tranquilidad sobre esta cuestión, basta con seguir el consejo de su veterinario y también las indicaciones del fabricante de su alimento que siempre estarán descritas en el envase. El agua fresca también es fundamental. Recuerda que es un nutriente básico para la vida y su organismo igual que el tuyo está formado, sobre todo, por agua. Vigila que no haya pelos flotando en su cuenco de agua. Muchas veces les molesta y ya no beben hasta que se la cambias.

Para evitar el sobrepeso, dado que un gato doméstico hace poco ejercicio, cada día conviene jugar con él o ella durante un mínimo de 15 minutos. Le encantará y tú disfrutarás con sus piruetas y saltos. Esos juegos os unirán día a día. De hecho, sabrá provocarte para que entres al trapo con mucha pericia.

El cepillado de su suave manto dependerá de lo largo que lo tenga pero necesita que elimines el pelo muerto con regularidad. El mejor medio es, sin duda, un buen cepillado. Los nudos en el pelaje y el descuido en general del manto pueden ser la causa de futuros problemas de salud. Para que un gato se deje cepillar hay que acostumbrarlo desde pequeño. Si usas una carda, utilízala siempre a favor del pelo y levántala hacia el final del movimiento para no clavarle las púas en la piel. Empieza primero por la cabeza, pasa al cuello, el lomo, después las patas y acaba por la cola. Si tu gato tiene el pelo largo utiliza después un peine. Te servirá para detectar nudos pequeños.

Cuando se limpia, sobre todo en la época de muda fisiológica, puede llegar a ingerir gran cantidad de pelo. En el estómago acaban formándose unas bolas de pelo que son molestas y frecuentes en los gatos de pelo largo. Necesita expulsarlas. Puedes administrarle jarabe de malta que le ayudará en la eliminación por su alto contenido en fibra. También hay un tipo de hierba que se vende en floristerías y que ingerirá cuando necesite purgarse. Su instinto le hará reconocerla en todos sus beneficios.

Para que pueda mantener sus uñas fuertes y pueda cumplir con su necesidad de marcar territorio necesitará un rascador o algún elemento, vertical u horizontal, que le permita arañar. Prémiale cuando lo use porque sabrá que ese es un comportamiento que te gusta. Tu opinión nunca le resultará indiferente aunque quiera dar a veces esa impresión. ¡Atención a sus dientes! Llega a tener hasta 30 piezas cuando es adulto. Descuidarlos suele provocar la aparición del sarro en la base de las piezas dentarias y llevar a la inflamación de las encías. También puede sufrir caries. Ya ves, su higiene dental no dista mucho de la que tú también tienes que mantener. Solo que tu minino necesita que seas tú quien le pase la pasta y el cepillo.

Reserva tiempo para él o ella a diario. Está muy extendida la idea de que un gato no necesita atención, que siempre va a su aire, que prácticamente se cuida solo… nada más lejos de la realidad. Hay gatos más o menos afectuosos pero un gato doméstico ha aprendido a compartir el territorio y a valorar los beneficios de la vida en sociedad. Y estima, valora y busca el afecto y las caricias. De hecho se dan casos de gatos que no soportan pasar demasiado tiempo solos. Vigila que no haya elementos peligrosos en casa para su salud y bienestar como que tenga acceso a un producto con el que se pueda intoxicar o ingiera alguna planta que resulte tóxica para él. La poinsetia o la hortensia son plantas que, por ejemplo, pueden causarle irritación gastrointestinal, insuficiencia cardiaca, problemas respiratorios, además de vómitos, convulsiones o hipersalivación si las ingiere. Consulta con tu veterinario qué plantas puedes tener en casa sin que sean un riesgo para tu mascota.

Con todos estos elementos controlados y cumplidos puedes tener la certeza de que tu gato vive en un entorno seguro en el que se procura su bienestar. No en vano te has preocupado de todos los detalles para que disfrute de la casa en plenitud. ¡Felicidades!