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Cuidar

Marco, Giulia y sus 101 galgos

Marco, Giulia y sus 101 galgos
Marco

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Su casa está llena de perros

Livia

Livia

Una perra que transmite seguridad

La casa de Marco y Giulia no es una casa cualquiera. Como muchas otras, está llena de perros, pero aquí todos son galgos y la mayoría son recibidos como huéspedes tan solo durante algunos meses. Esta joven pareja de italianos que vive en Barcelona acoge en su hogar a galgos que necesitan cuidados y cariño para continuar su camino.


¿Por qué los galgos?, se pregunta todo aquel que acaba de conocer a Marco. "Siempre me gustaron los galgos por su elegancia. Un galgo tiene el porte de un rey", relata Marco. "Hasta que una vez en Valencia visité el stand de una asociación de galgos y me enteré de lo mal que lo pasan algunos perros de esta raza en España y entonces empezó a entrarme el gusanillo de querer ayudarlos".


Otra particularidad de esta casa, es que no solo Marco y Giulia son anfitriones. También lo son el macho Bru y la hembra Livia. "En general los perros están un poco perdidos cuando llegan porque vienen de una situación de abandono, de una perrera o de un largo viaje. Bru resulta de gran utilidad en estos casos porque él no tiene ningún problema psicológico y es extremadamente juguetón, lo cual hace que los perros se relajen y logren salir de su caparazón", explica Marco. Livia, en cambio, cumple el rol de madre. "Siempre digo que Bru es como Bart Simpson y Livia como Lisa. Es una perra que no le tiene miedo a nada y transmite seguridad a los perritos que llegan asustados".
 


¿Por qué los galgos?
¿Por qué los galgos?


Muchos galgos vienen del campo, han pasado parte de su vida atados a un árbol o nunca han vivido en la ciudad, por eso en ocasiones Marco y Giulia afrontan situaciones bastante fuera de lo común. "Una vez un galgo saltó por la ventana de nuestro apartamento y aterrizó vivo en el piso de abajo. Como nunca había estado en un piso alto y se veían árboles por la ventana, quizás pensó que había un parque o un jardín detrás", relata Marco. "Por suerte no se hizo daño, pero eso sí, la vecina vio cómo del cielo caía un animal de treinta kilos que aterrizaba en su porche".


Cuando un perro se queda varios meses y después se va, él se entristece
Cuando un perro se queda varios meses y después se va, él se entristece


Bru y Livia no tiene problemas en compartir el cariño de sus dueños, al contrario: "Bru es muy sentimental. Cuando un perro se queda varios meses y después se va, él se entristece, y durante unos días tiene cara de 'Me han dejado'", cuenta Marco. "Pero después se le pasa y ya vuelve a ser el Bru de siempre, cariñoso y juguetón".


Marco y Giulia se ocupan de la frágil salud de sus invitados, pero las heridas más difíciles de curar son las emocionales: "Cuando has pasado una mala racha, cuando 'todo son palos', pierdes tu autoestima y necesitas un empujón para salir adelante. Con Giulia, así como con nuestros perros Bru y Livia, intentamos que el perro pueda recuperar la seguridad en sí mismo para enfrentar nuevos desafíos como integrarse a una nueva familia". De todos los galgos que han pasado por su casa, Marco no solo posee fotos sino también la alegría de saber que están en un nuevo hogar.
 


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